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Este domingo fue un día muy especial, toda vez que se dieron cita en el Polifórum Zamná cientos de jóvenes para escuchar cinco testimonios de personas que han experimentado momentos de adversidad; nos platicaron a qué dificultades se enfrentaron, qué les sucedió y cómo fueron superando dichos episodios.

Convocados por la Pastoral Juvenil, acudieron chicos del interior del Estado y de la ciudad, quienes participaron con entusiasmo durante el desarrollo del Primer Encuentro Juvenil Católico Re-Valorízate.

Dicho encuentro fue el pretexto para que los jóvenes se encontraran con sus pares de distintos lugares y tuvieran espacios de reflexión y diálogo en temas como la fe, el amor, la castidad, el aborto, las drogas, la pornografía, la violencia, el sentido de vida, la fidelidad, etc.

Los invitados a este evento fueron Mariana Barragán, Mauricio Clark, Patricia Sandoval, Evan Lemoine y Elena de Tellitu.

Mariana nos contó que quedó en una silla de ruedas debido a una bala disparada por una persona drogada a quien le costó mucho trabajo perdonar, ya que no es fácil enfrentar una discapacidad motriz a la edad de 24 años. Sin embargo, gracias a que inició su cercanía a María la madre de Jesús y de rezarle a Dios pudo poco a poco sanar esas heridas y hoy les lleva a los muchachos un mensaje para que no pierdan la fe, para que confíen en el amor de Dios y para que se aparten del camino de las drogas, ya que estas destruyen al ser humano.

Mauricio Clark coincidió con Mariana en el hecho de que las drogas destruyen y después de admitir ante el público que él mismo había consumido diversas, refirió algunas características de los adictos diciendo que en primer lugar son mentirosos, dependientes y chantajistas, con lo cual muchas veces se salen con la suya pero también se juegan la vida de una forma muy peligrosa, confesó también que su adicción no se limitaba a las drogas sino también a la pornografía y al sexo desenfrenado, él también nos relató cómo pudo salir de ese mundo que lo hacía tan infeliz de la mano de Dios y del rezo del Santo Rosario, de modo que ahora se considera un hombre totalmente renovado y con muchos sueños por cumplir porque Dios hace nuevas todas las cosas.

Patricia Sandoval nos relató su paso por la clínica Planned Parenthood, cómo se había convertido en una defensora del aborto, al punto incluso de trabajar en ese lugar y provocando que otras jóvenes también abortaran, ella misma se practicó más de un aborto hasta que un día en dicha clínica pudo ver la realidad de lo que el aborto es: la muerte de un bebé con la asistencia del médico y el consentimiento de su madre, un bebé por el que todos tendríamos que velar por ser el más indefenso de los seres humanos.

Cuando comprendió esta realidad se desmoronó al punto de terminar deambulando por las calles sin encontrar sentido a su vida, hasta que un buen día clamando al cielo pudo encontrarse de nuevo con un Padre Celestial que nos ama incondicionalmente e iniciar el camino de sanación.

Hoy día su testimonio consiste en decirles a los jóvenes que piensen dos veces el inicio de su vida sexual activa pues las consecuencias pueden ser traer un bebé al mundo y éste no debe pagar con la vida la irresponsabilidad de sus padres. Atravesar por un episodio de aborto no es nada fácil, las secuelas quedan para toda la vida y el recuerdo de ese bebé permanece por siempre aunque no quieran.

Dejaremos los testimonios que faltan para próxima entrega y abundaremos en los frutos del mismo en la vida de los jóvenes que asistieron y los que lo organizaron.

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