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Ahora es en Veracruz donde se pretende presionar al gobierno con estrategias proaborto; tan viejas, tan usadas y tan falaces que resultan un insulto a las personas que con dos dedos de frente ven con claridad todo este asunto.

El viejo truco del aborto espontáneo, un argumento que simplemente no funciona cuando las acciones que siguieron a la muerte del bebé en gestación contradicen todos los dichos de la supuesta víctima.

A quienes pretenden que el aborto se legalice a como dé lugar -sean feministas, funcionarias e incluso instituciones- no les importa mentir y manipular los casos para conseguir su afán.

El caso de Oluta, en Veracruz, de Diana “N”, es un claro ejemplo: la Fiscalía encontró que no sufrió un aborto “espontáneo”, la chica cometió infanticidio, su bebé fue alumbrado vivo en un baño público a los siete meses de gestación y posteriormente lo abandonó en un bote de basura, donde falleció por anoxia por sofocación, como consta en el expediente, por lo cual se le sigue un proceso.

No es la pretensión de esta reflexión el juicio de Diana (las autoridades lo harán conforme a derecho), sino todo el aparato que se mueve con este pretexto para que se presione al Estado para legalizar la muerte de los bebés en gestación.

El discurso utilizado por la CNDH y por la Comisión de Derechos Humanos de Veracruz es ¡de no creerse! Primero atacan a la Fiscalía General del Estado porque no emplearon perspectiva de género en la investigación, añaden que el caso lo han llevado violando gravemente sus derechos sexuales y reproductivos, que ha sido doblemente revictimizada y que le negaron el acceso a la justicia por las condiciones de precariedad económica y social en las que vivía.

Por otro lado, la diputada Mónica Robles aprovecha la coyuntura de manipulación mediática para meter su iniciativa proaborto y los colectivos feministas celebran estas acciones para empujar con más fuerza esta agenda.

Estrategias que hemos visto en tantos lugares y países que por increíble que parezca siguen sin quitar el dedo del renglón.

¿Acaso los delitos se pueden considerar derechos según cada quién? Las falacias no surten efecto, por ello tanta violencia para imponer estas mentiras, la sociedad no se deja engañar.

No existen derechos sexuales y reproductivos, este es el poderoso antifaz que le han puesto al aborto para que dicho tantas veces y por tanto tiempo se perciba como algo bueno, como lo que su nombre pretende “un derecho”; pero no, la sociedad no compra este cuento, lo que existe es el derecho a la salud, que incluye la salud sexual, física, mental, etc. Salud implica vida no muerte, justificar el aborto es totalmente contrario a lo que la salud persigue.

El lobby abortista presiona desde esferas internacionales, hay negocios muy lucrativos detrás por lo que garantizar el acceso libre y legal del aborto en los países les retribuirá mayores ganancias.

La verdad no se puede ocultar, siempre sale a la luz. Seguiremos trabajando para que chicas como Diana, antes de pensar en el aborto, puedan tener acceso a instituciones o personas que les ayuden verdaderamente como lo han demostrado La Vida por Delante, VIFAC o AME.

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