|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La mente es como un televisor con dos canales únicamente, el positivo y el negativo; ¡tú escoges cuál quieres ver!, cómo quieres que sea la película de tu vida

Ser un “pensador positivo” es practicar un principio científico definido. El pensamiento positivo es mirar los acontecimientos de la vida, sabiendo que hay lo bueno y lo malo, pero que lo mejor es centrarse en lo BUENO y, al hacerlo, el buen humor toma un lugar preponderante y el bien tiene lugar y aumenta.

Ante una situación difícil no se gana nada entristeciéndose, encorajinándose y pensando lo peor. Lo bueno ocupa lugar cuando NO se permite que los contratiempos y las adversidades nos perturben arrastrándonos a pensar catastróficamente, sino pensando que aquel revés es para bien y que algo mejor ocurrirá. Cuando una puerta se cierra otra u otras puertas se abren con mejores oportunidades en todo sentido. Éste sí que es un pensamiento eficaz del bien que atrae la “ley de la abundancia”. Nos llena de “optimismo consciente” porque es uno quien decide pensar en lo bueno. Como un “mantra” se repite: “Sé que hay un bien en esta situación y lo quiero ver”. Hay que concentrarse en un futuro brillante que está “a la vuelta de la esquina” y esta actitud alimentarla haciendo que los momentos amargos y poco gratos nos lleven a la mente creativa y productiva.

Todos tenemos que afrontar dificultades y frustraciones, pero nunca debemos darnos por vencidos.

Los obstáculos y retos son para que nuestras fortalezas y recursos emerjan, con fe y esperanza en que el Creador siempre quiere lo mejor para nosotros, por lo que nos dotó de tantos dones para fluir con la vida y disfrutarla con un pensamiento vigoroso, orientado al bien que está allí para nosotros, confiando en que lo que tu mente y pensamiento positivo atraen hacia ti es mejor que lo que hacías y tenías.

La “ley de la abundancia” obrará con eficacia y eficiencia, simplemente porque es ley de la vida. Esto es vigor del espíritu. Ni la muerte destruirá al vencedor porque su legado será de optimismo, buen humor, una vida plena de logros, porque se empleó a fondo. Inspirará a los que tuvieron el privilegio de conocerlo.

Recuerda lo que dice el poeta: Cada quien es arquitecto de su propio destino.

El pensamiento positivo saca el mejor partido de aquello con que tiene que habérselas en la vida. Siempre he sido admiradora de Thomas Carlyle, el gran filósofo escocés. La esencia de su mensaje es: “No renunciar nunca, no ceder nunca, mantenerse firme, Dios siempre ayudará”. La biblia dice: “Ten fortaleza y buen ánimo, no temas ni te amedrentes: porque Yavhé, tu Dios, está contigo dondequiera que vayas” (Josué, 1:9).

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton