Para llegar a la meta
El poder de la pluma
Esfuérzate. Sé una persona de acción para que se haga realidad lo que planeas.- Anónimo
Cuando se aprende a desarrollar y dominar el sentido de la objetividad la vida es más fácil para quien es objetivo porque sabe a dónde se dirige y a donde considera, si le es posible, llegar.
En la vida interactuamos continuamente con el ambiente en el que vivimos. Todo lo que existe a nuestro alrededor son estímulos para nuestros sentidos y cada quien responde a esos estímulos de distinta manera. Las respuestas específicas de cada persona tienen mucho que ver con la manera personal de percibir, esto es, la interpretación de lo que está y ocurre en el medio en el que se encuentre.
La objetividad es uno de los elementos de la percepción. A menudo pasa que en un mundo tan diverso y lleno de opciones el individuo comience algo y no lo termine por distraerse en cosas sin mayor importancia y de ese modo se pierde tiempo y energía, alejándose de sus metas.
Así que es necesario tener objetividad para seleccionar y separar lo que sí se quiere y requiere para lograr lo que uno se propone.
En el camino de la vida es importante fijar la mirada y la voluntad en la meta y no permitir que la atención se disperse. Esto se logra cuando se ha aprendido a distinguir lo fundamental de lo secundario enfocando lo que se quiere alcanzar y perseguirlo.
La persona ejercita su capacidad de adaptación; da respuesta efectiva a las sorpresas y a las frustraciones que aparecen en el camino a la meta. Las características de la persona de acción son:
- Saber a dónde quiere llegar y enfocarse en ese objetivo.
- Hacer a un lado lo que pueda desviarle de su meta.
- Es una persona decidida.
- Tiene una visión amplia.
- Percibe las oportunidades que le son útiles para su objetivo.
- Cuando tropieza y cae, se levanta mirando de frente su objetivo.
Hay que cuidar siempre el equilibrio, pues la persona objetiva puede ser rígida y así descuidar ciertos aspectos de su vida que en algún momento le parecieran secundarios y que en realidad son importantes e irreparables. Por lo que hay que pensar, reflexionar y equilibrar al planear y organizar las metas sin descuidar aspectos muy importantes que a veces no coadyuvan directamente para llegar a las metas, pero que son vitales para la buena vida y el entusiasmo en el camino al fin deseado, ya que le dan sentido a toda la existencia. Conclusión: para el logro hay que tener equilibrio, objetividad, decisión y acción.
¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.