Amor es la chispa divina
El poder de la pluma
Debemos saber que solo siendo vulnerables podemos ofrecer y aceptar el amor. La única oportunidad para llegar profundamente al amor es arriesgarse a dar todo lo que se tiene.- Thornton Wilder, dramaturgo y novelista
La vida está llena de mensajes. El amor ansía la libertad. El amor es siempre libre. Se da y se recibe libremente; también necesita libertad para desarrollarse. Cada persona desarrollándose en amor encontrará su propio camino al amor. No podemos obligar a los otros a seguir nuestro camino, solamente podemos animarlos a que encuentren el suyo.
Carlos Castañeda, en su interesante libro “Las enseñanzas de don Juan”, dice: “Has de tener siempre presente que un camino es solamente un camino; si tú crees que no has de seguirlo no debes quedarte en él bajo ninguna circunstancia…”.
Yo digo: cualquier camino es solamente un camino y no es debilidad dejarlo si tu inteligencia te dice que lo dejes. Tu decisión de seguir en el camino o de abandonarlo ha de estar libre de temor y de ambición.
Examina todos los otros caminos con cuidado y detenimiento para después plantearte una sola pregunta: ¿este camino tiene corazón? Todos los caminos son lo mismo. Lo verdaderamente importante es si el camino tiene corazón porque si lo tiene es bueno y si no lo tiene ¡no sirve! Cuando tiene corazón proporciona un buen viaje y te hace fuerte; si no lo tiene, te hará triste tu vida y te volverá débil. Cada persona puede juzgar por sí misma cual es el camino que tiene corazón.
El amor nunca impone direcciones, pues sabe que forzar a alguien es darle un camino que nunca será bueno.
Se tiene que ser libre para seguir su propio camino, como lo escoja, a su paso y ritmo personal. Libre de cometer sus propios errores para aprender de ellos.
El amor escucha sus propias necesidades. La sociedad tiene muchas reglas y normas para encontrar el amor y la aceptación social. Muchas veces se está tan convencido de lo que otros creen, dirán o pensarán, que se deja de escuchar lo que uno cree, piensa y dice. Estamos atrapados en cosas triviales que nos han dicho y que solo nos apartan del amor.
Recuerda que el amor escucha sus propias necesidades y su propia voz, reconoce sus necesidades físicas y emocionales. Ve, tanto como mira, y escucha tanto como oye. El amor acaricia. El amor es libre y no puede quedarse si no lo es. El amor encuentra su propio camino, establece su propio paso y viaja seguro y confiado. Reconoce y aprecia su singularidad. El amor exige que seamos fuertes, ya que es el mayor reto de la vida.
¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.