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Al hablar de las emociones se tratan puntos muy sensibles porque nuestra sociedad y la educación que se recibe lo vuelven un tema tabú. Las emociones son de gran importancia en la vida del ser humano. Son muy fuertes, ponen en acción mucha energía y son un factor perturbador. Las emociones ocupan un lugar enorme, aunque no se admita. Ignorarlas se convierte en disfuncionalidad, estrés y falta de estabilidad en la persona. Lo emocional afecta a todos los aspectos de la vida individual y social. Si la persona no se ocupa de sus emociones, tarde o temprano le trae consecuencias por ese descuido. Es clave saber la naturaleza de las emociones, cómo hacerlas nuestras aliadas y por qué consumen tanta energía.

El miedo se presenta cuando algo desconocido e inesperado para la persona tiene lugar. ¿Qué se siente en ese momento? Se puede quedar paralizado por el miedo. La alegría aparece cuando algo deseado y que nos favorece se hace realidad. Se siente alegría, orgullo y satisfacción. La ira surge cuando se es víctima de un abuso, traición, engaño o injusticia… la reacción seguramente es de molestia y cólera. La tristeza invade cuando muere un ser amado o cuando se termina una relación valiosa y querida. Surge al darse una pérdida de algo o alguien importante y se es impotente para recuperarlo.

Las emociones las suscitan las necesidades humanas. El miedo aparece por la “necesidad de seguridad” que es básica para vivir. La alegría, por la satisfacción de la “necesidad de reconocimiento, admiración y respeto”. La ira, deja en claro la “necesidad de respeto y de justicia” que todos tenemos. La tristeza por la pérdida, señala “la necesidad de las relaciones humanas” por la interdependencia para la ayuda mutua. Surge la alegría al satisfacerse la “necesidad de justica y/o reconocimiento”.

Así que, cuando una necesidad humana básica no es satisfecha o es frustrada, aparece una “emoción desagradable” como el miedo, la ira, la tristeza; por el contrario, cuando alguna necesidad es satisfecha sentimos una “emoción agradable”.

Las emociones nos indican el estado de satisfacción o no de nuestras necesidades humanas. Me parece que las emociones no son en sí positivas o negativas, ya que se manifiestan para avisarnos: esto va bien o, por el contrario, ¡alerta!, hay algo que no está bien.

Recordemos la etimología de la palabra emoción, procede del latín “movere” (mover) y el prefijo “ex” (fuera de…). Una emoción es, por definición, algo cuya naturaleza es “mover fuera de…”, esto es, que tiene que expresarse. Ojalá estas consideraciones nos ayuden a esclarecer y conocer un poco más nuestra naturaleza humana y llevar con entusiasmo e inteligencia las riendas de nuestra vida.

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

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