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Un estudio de la Universidad de Copenhague vincula el aumento de los daños provocados por los ciclones tropicales al calentamiento global; este estudio confirma que los ciclones tropicales se han vuelto más destructivos desde 1950 y son tres veces más frecuentes ahora que hace 100 años. Utilizando un método para evaluar los daños y destrucción que provocan esos fenómenos, los científicos deducen que el aumento de esta frecuencia es inequívoco y es que anteriormente se habían realizado diferentes estudios y trabajos para aislar el impacto del cambio climático en los ciclones tropicales y los resultados habían sido contradictorios.

El nuevo estudio vincula ese aumento de los destrozos con el calentamiento global y los ciclones tropicales que se están volviendo más grandes, más fuertes, más peligrosos y destructivos; el principal reto con que se ha encontrado este trabajo es el de cuantificar los daños y responder preguntas como: si el aumento de los daños se debe a que ahora hay más personas viviendo en áreas que son impactadas por los ciclones; en lugar de analizar el impacto económico, los autores han estudiado la cantidad de terreno destruido entre 1900 y 2018 por más de 240 ciclones tropicales, según la base de datos que tienen las aseguradoras. Se determinó que la frecuencia de los fenómenos más devastadores había aumentado a una tasa del 330% por siglo, algo que se cree está vinculado al alza de la temperatura global de los océanos provocada por el cambio climático.

Uno de los ciclones tropicales más famoso por la destrucción y daños causados fue el huracán Katrina, nombre que se eliminó de la lista de ciclones tropicales de la Organización Meteorológica Mundial por la devastación que dejó, con daños por 108 mil millones de dólares y al menos 1,833 personas muertas, convirtiéndose en el más mortífero de la temporada de ciclones tropicales del Atlántico en 2005 y en el segundo de la historia de los Estados Unidos, solo detrás del de San Felipe II en 1928.

Para que un ciclón tropical se forme es necesario que las temperaturas del mar sea de más de 26 °C y que se mantengan a una profundidad de al menos 50 metros; el agua es el combustible necesario para que se genere el ciclón. Existen diferentes trabajos y estudios que demuestran que debido al aumento de las temperaturas globales los ciclones tropicales se están volviendo más devastadores; por ejemplo, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts estudiaron la intensidad y la duración de unos 500 de esos fenómenos en el Atlántico y de otros 800 en el Pacífico, entre 1950 y 2004, determinando que cada vez son más fuertes y de mayor duración con un vinculación muy directa con el calentamiento global; otros estudios realizados confirman que cada vez es mayor la frecuencia de aparición de huracanes categorías 3, 4 y 5 en la escala Saffir-Simpson que mide la potencia destructiva de los ciclones tropicales, además de que también han aumentado en particular los de categoría 5 que tienen vientos máximos mayores de 252 km/h y ha habido con vientos sostenidos hasta de 300 km/h, lo que ha alarmado al mundo.

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