|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Como comentábamos la semana pasada, la temporada de ciclones tropicales estuvo dividida en 2 fases: una influenciada por El Niño que coincidió con la primera parte que abarca del 1 de junio al 31 de julio, segmento que por lo general presenta poca formación de esos fenómenos y la mayoría no muy intensos y en la que solo se formó en julio el huracán categoría 1 de la escala Saffir-Simpson, Barry; junio se fue en cero formaciones, algo no muy común en ese mes.

Una vez finalizado el fenómeno meteorológico de El Niño, empezó la segunda etapa de la temporada de ciclones tropicales; la gran mayoría de los restantes 16 sistemas con nombre se formaron en esta fase.

Esta segunda etapa, que abarca desde mediados de agosto hasta el 30 de noviembre, cuando la fase más intensa va desde fines de agosto hasta la primera semana de octubre. Este año apareció el ya famoso huracán Dorian, de categoría 5.

Se temía que la Península de Yucatán fuera afectada por algún ciclón tropical, cosa que afortunadamente no ocurrió, de hecho la gran mayoría se fueron a mar abierto y hacia el norte y noreste del Océano Atlántico, pero en un comportamiento inusitado cuatro ciclones tropicales afectaron por poco tiempo a las islas Azores, una zona que muy rara vez es azotada por este tipo de fenómenos; éstos fueron el huracán categoría 5 Lorenzo, el huracán categoría 1 Pablo, la tormenta subtropical Rebekah y la tormenta tropical Sebastien, todos con una afectación de 2 a 4 horas debido a que fueron enganchados por corrientes de aire fuertes características de la zona del Atlántico Norte, donde se encuentran esas islas, y que hicieron que su movimiento de traslación fuera muy rápido.

El hecho de que casi toda la cuenca del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe no fueran afectados por ningún ciclón tropical fue también un récord, tomando en cuenta que fue una temporada muy activa con 18 sistemas, cuando el promedio de formación es de 12 con nombre.

También es de mencionarse que en la Península de Yucatán nuevamente la suerte estuvo presente y no fue afectada por ningún ciclón tropical, ni siquiera hubo necesidad de hacer algún alertamiento preventivo por parte de las autoridades.

Se recuerda, sin embargo, que el último gran huracán sobre Yucatán fue Isidore, categoría 3, en 2002, y en la Península Dean (5), en 2007. Hemos vivido una etapa tranquila sin tener afectaciones de ciclones tropicales, pero no hay que perder de vista que la Península de Yucatán siempre ha sido y será una zona con alto promedio de riesgo frente a esos fenómenos, por lo que la cultura de la prevención que nos caracteriza no debe perderse jamás y nunca bajar la guardia.

Lo más leído

skeleton





skeleton