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Es desafortunadamente bastante común que grandes valores del arte, de la ciencia y de otras ramas “poco comerciales” de la actividad humana pasen inadvertidos por el común de los mortales. Nos llama más la atención, por ejemplo, la foto de Salma Hayek en espectacular bikini que la de Cecilio Perera Villanueva, artista yucateco de la guitarra clásica, tocando en el Peón Contreras una pieza de otro yucateco grande del arte musical, Alejandro Basulto Martínez.

Y no todo es culpa de ese “común de los mortales” –hay que decirlo-, sino de un sistema educativo y económico que soslaya enseñanzas que deben estar entrañadas en el alma humana, como la de la música –un joven que toca o canta difícilmente va a llevar un arma en la mano-, el baile, la pintura y otras manifestaciones del espíritu, por privilegiar actividades, no diría inútiles, pero sí menos útiles al progreso de la humanidad, como la de ganar dinero.

En la misma prensa leemos, por ejemplo: la presencia de miles de turistas deja satisfechos a los hoteleros que ganaron tantos miles de millones de pesos, pero no nos dicen si disfrutaron de los encantos mágicos de la cultura yucateca, o que la reunión de los Nobel de la Paz dejará una derrama de tantos millones, pero poco nos dicen de quiénes son y por qué ganaron ese premio (hoy un poco chamuscado a causa de los escándalos de la Academia Sueca). Para ellos, que entre la lana y ya. No es que esté mal, solo que no debe ser lo más determinante.

Este largo exordio viene a cuento para decir que hace unos días tuvimos la suerte de que conjuntaran sus talentos Cecilio y Alberto para dos conciertos, a teatro lleno ambas presentaciones, en el Peón Contreras con la Orquesta Sinfónica de Yucatán, en los que se estrenó en el Sureste la pieza para guitarra y orquesta de Basulto Jig Variations, en medio de un disfrute estético aupado por la calidad de ambos jóvenes yucatecos.

Basulto es un compositor y director de orquesta que ha tenido importantes participaciones en foros mundiales y ha cosechado premios gracias a su calidad como autor y conductor. Es hijo de la artista plástica Elena Martínez Bolio y pertenece a una familia de honda raíz yucateca. Cecilio es el guitarrista clásico mexicano de mayor proyección en la actualidad y uno de los mejores del mundo, con una carrera de 16 años en Europa, donde ha obtenido los premios de mayor fuste en el mundo de la guitarra de concierto.

Haberlos juntado en Mérida en estos días es, sin duda, un éxito de las autoridades de la cultura en Yucatán y el Patronato de la Orquesta Sinfónica. En breve vamos a disfrutar, con el acompañamiento de esta formación musical, de la actuación de otro grande de la música clásica de Yucatán, el concertista de piano vallisoletano Manuel Escalante Aguilar, hoy radicado en España, los días viernes 27 y domingo 29 de este mes.

Talento tenemos para aventar arriba. Hay que conocerlo y valorarlo.

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