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Me dio mucho gusto –y seguramente un sentimiento similar pasó por el alma de miles de mexicanos- ver sentado al “octogenario director” (así lo llamó un analista de CNN) de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz (aquel al que se le cayó el sistema), con los dueños del gran dinero en México, entre ellos en primer lugar Carlos Slim, a quienes hace poco tachó de ser abusivos y tener contratos leoninos para surtir de gas natural a la CFE, Pemex y empresas privadas nacionales.

Fue un gran golpe de realidad asestado por el presidente López Obrador y los empresarios que no le quedó más que apechugar al dinosáurico sobreviviente del más rancio PRI (en el que un militante destacado fue Fidel Velázquez, por solo citar a alguien emblemático), aquel al que le producían urticaria (en público) los hambreadores del pueblo, pero que bien que se coludía con ellos para transar, mantener sometidas a las masas y llenarse las manos con dinero mal habido.

Si, para usar el monosílabo condicional que más emplea el presidente en sus discursos y entrevistas, quienes esto leen tuvieron oportunidad de ver el martes 27 pasado la mañanera de AMLO, habrán notado cómo Bartlett se movía nervioso en su asiento y hacia evidente su incomodidad al estar junto a quienes, para él y aquellos que con él militaron en ese PRI prehistórico, son unos abusivos depredadores de las finanzas públicas para enriquecerse más.

No se si realmente el acuerdo con los constructores de los ductos de gas natural -gas shale (1) le llaman los expertos porque está enquistado entre rocas y es, según dicen, barato y muy versátil, pues lo mismo puede servir para vehículos de transporte que para generar electricidad y calor y es menos contaminante, aunque para extraerlo hacen falta volúmenes inmensos de agua y eso lo hace “tremendamente antiecológico”- es bueno para México (se habla de ahorros de 4,500 millones de dólares), lo que sí sé es que López Obrador se apuntó un 10 al destrabar el conflicto entre los constructores de los ductos y el empecinado director de la CFE que fue quien lo generó al acudir a un tribunal internacional de controversias.

El mismo presidente se olvidó –al menos eso pareció- de las invectivas que hasta hace poco lanzaba contra los empresarios y no tuvo empacho en llevar hasta Palacio Nacional y sentarlos ante los reporteros a los presidentes del Consejo Mexicano de Negocios, Antonio del Valle, y del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, y al propio Slim y que los tres minimizaran temas que para ellos son (o eran) vitales, como el cancelado Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, la cuestionada refinería en Dos Bocas y el polémico tren maya.

Una cosa es cierta, si todo funciona bien, Yucatán comenzará a recibir gas natural en un plazo que esperamos breve, habría menos apagones y bajarían las tarifas, porque ya está lista la infraestructura para surtirlo.

1) Ver ¿Qué es el shale gas?, de Laura Benítez en https://blog.holaluz.com/que-es-el-shale-gas/, 23 de enero de 2013

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