Durante su existencia, la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) ha contado con figuras icónicas y representativas, las cuales, con base en trabajo honesto y duro, han aportado lustre y prestigio para lograr lo que es hoy la máxima casa de estudios de la región.

Lo anterior se ejemplifica a la perfección en la figura de la Dra. María Teresa Mendoza Fernández, maestra emérita y quien, durante cinco décadas laborando para esta universidad, ha forjado una trayectoria exitosa y llena de logros y distinciones.

Maestra por vocación y contador público por formación, hizo de la ética, tenacidad, trabajo duro, disciplina, compromiso y amor a su profesión banderas de vida e ingredientes que hasta el día de hoy cimientan y respaldan su brillante trayectoria.

En un concurrido homenaje que le rindió la Facultad de Contaduría el pasado día 18, la Dra. Tere Mendoza expresó un emotivo discurso, en el cual, con su acostumbrada determinación, “exigió mano” para participar en todos los eventos futuros que la facultad realice y, fiel a su espíritu docente, se puso a disposición de la sociedad, alumnos y compañeros para fungir como amiga, consejera o servidora, afirmando con gran convicción: “El maestro no se acaba porque deje de acudir a dar clase”.

Docente experta en materias en el área financiera-contable y dotada de una aguda habilidad para la investigación, esta prestigiada catedrática ha sido pieza importante en la formación de grandes maestros, líderes empresariales y socios de reconocidas firmas financieras y contables.

Entre los diversos reconocimientos que aderezaron la trayectoria de esta distinguida catedrática se destacan la medalla “Héctor Victoria Aguilar” otorgada por el Congreso del Estado, la Maestría en Administración y el Doctorado en Ciencias de la Administración, ambos grados alcanzados con mención honorífica.

Más allá de los logros y aportaciones documentadas en la trayectoria de esta ejemplar mujer, en mi opinión, existen contribuciones intangibles pero muy importantes que la doctora Mendoza hace a la sociedad: en primer lugar, mostrar que no existe edad ni límite alguno para quien superarse quiera; pues, como en una de sus cátedras mencionó: “El éxito está allá, solo hay que ir por él”.

En segundo lugar, el ser ejemplo e inspiración para un importantísimo sector de la sociedad como lo es el sexo femenino, pues la maestra Tere, aun siendo madre de 8 hijos, logró triunfar y destacar en tiempos en los cuales la participación de la mujer en el cuadro profesional era reducida y con grandes obstáculos.

Indudablemente ha sido ejemplar la trayectoria de la Dra. MARÍA TERESA MENDOZA FERNÁNDEZ, a quien se le agradece, entre otras cosas, el ser incansable promotora del conocimiento y ser maestra de maestros.