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La Columna Viernes Cultural y El Transcriptor alistan sus cosas personales, cubitos, paletas, cartas de lotería, bikinis, ahora en plena época de “nortes”, y se disponen a partir al bello puerto de Progreso, como si estuviera a punto de comenzar la temporada veraniega. Están apurados por llegar al mar, a sus playas, a su malecón, antes de que en serio vaya la cosa y la secretaría estatal de turismo “haga desaparecer” a Progreso.

El puerto de Progreso, señalan las notas históricas, “surgió por la necesidad del traslado de la aduana comercial de Sisal a un sitio más cercano a la capital del estado.

El Gobierno Federal, siendo presidente de la república el general Ignacio Comonfort, concedió el permiso correspondiente mediante decreto del 25 de febrero de 1856”. Lleva el nombre de Juan Miguel Castro, quien promovió la construcción del puerto en la segunda mitad del siglo XIX, “como entrada y salida óptima para las mercancías de Yucatán”.

Su inauguración fue el 1 de julio de 1871.

Podría cambiar ahora el nombre de Progreso de Castro a ¿Progreso de Fridman Hirsch?

Los queridos de los viernes no estarían conformes, ellos respetan a los progreseños, a la historia de Progreso, y confían en el futuro del principal puerto yucateco.

El que seguro no estaría de acuerdo es el ex presidente de los comerciantes progreseños, quien ha pedido se considere a la funcionaria vilista como “persona no grata” en Progreso, y que el gobernador la “desaparezca del mapa gubernamental”.

Tampoco estarían de acuerdo los miles de pobladores del puerto, y tal vez alguno que otro de los “turisteros” que promueven las bellezas naturales de Progreso.

Quizá, solo es una hipótesis sin comprobar, la que sí querría cambiarlo sería la secretaria estatal de turismo, antes, por supuesto, de desaparecerlo, a causa de un meteorito “categoría fridman”.

Otra, siguen platicando en el camino a Progreso, a quien le gusta el mar y la pesca es a la diputada estatal Kathia Bolio Pinelo, que también le gusta competir en siluetas corporales con una ex gobernadora que hoy quiere dirigir a su partido político.

Se fue de pesca y pescó un “octopus vulgaris”, o sea un pulpo, especie en veda actualmente, no para “comercializar o industrializar”, dijo, sino que por “error por desconocimiento de los tiempos de veda del pulpo”.

Así es, exclama el erotómano de la vida de La Columna Viernes Cultural, pobrecita, ella no tiene la culpa que un pulpo se haya atravesado en sus redes, ella se fue al mar, porque en el mar la vida es más sabrosa…

No creo que su intención haya sido atraer la atención social ni a su figura ni a su representación popular, menos a que la gente simpatice con su nombre para así denominar ahora a Progreso: ¿Progreso de Bolio Pinelo?

Ya acomodados en la playa progreseña, los queridos de los viernes, beben, faltaba más, sus espressos dobles, y dormitan, arrullados con las olas del mar del todavía, y esperan sea siempre, puerto de Progreso de Castro.

De nada… Saludos…

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