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El ambiente provoca diversas reacciones en el ser humano; cuando hablamos de lo que la naturaleza genera, seguramente recordamos la temperatura del lugar en que vivimos; ante ello, de manera artificial, hemos logrado revertir las variadas temperaturas que se tienen; también utilizamos métodos alimenticios que nos aminoran efectos físicos.

Sin embargo, los sentidos abarcan muchas más cosas que experimentar los efectos del medio ambiente, aquí es donde hablaremos de aquel aspecto que aún no logramos dominar y que solo esperamos el momento para reaccionar.

El ambiente social tiene sus propios y muy particulares efectos, cabe hacer mención que éstos, al no ser dominados por aparatos, se muestran de diversas maneras y causan los peores efectos en las masas.

No necesitamos crear ejemplos para hablar del tema, basta hacer referencia a sucesos que provoquen o causen efectos sociales que han sido publicados en medios; sin duda, uno de ellos aconteció hace no muchos días.

Los migrantes centroamericanos, cómo no recordarlos, su paso y aun estadía en territorio nacional despertaron los sentidos, fueron verbalismos en infinidad de comentarios, se pudieron leer diversas emociones desatadas sobre la noticia, la probabilidad de que ocupen los espacios de trabajo y las atenciones que recibieron, todo ello desató la ira de los cibernautas.

El ambiente social desatado por ese suceso tuvo efectos, qué decir de lo que ya se empieza a vivir como consecuencia del cambio de paradigma con los nuevos gobiernos, el cambio de modelos de vida laboral, social y por supuesto político; los efectos de ese ambiente empiezan a reflejar síntomas, va a resultar importante saber para dónde se van a dirigir las emociones que en adelante refleje la sociedad.
Basta recordar cómo la ruptura ocurrida entre la sociedad y el modelo de estado que existía hasta hace algunos días, misma que a través del silencio cumplió su cometido, desbarató un sistema; hoy el ambiente que se entreteje convierte en gran espectador al ciudadano, regresó a la posición de observador; parece dejar de lado su opinión. Sin duda, los tiempos ameritan la colaboración ciudadana de todos, actores y observadores.

El Estado de derecho no fue producto de ningún experimento, se forjó con muchos momentos, con mucho tiempo, pero sobre todo con muchas vidas.

El término bien común no es marca registrada de nadie, fue un sueño que se ha venido construyendo a través del tiempo; contribuir desde el Estado para violentar más a la sociedad se convierte en juego peligroso, la comunicación debe tomar su cauce para que la información que se divulgue tenga elementos objetivos que sirvan para generar una opinión sustentada en la verdad, término que han olvidado muchos y que desapareció de la norma.

La reflexión es: ¿acaso tenemos síntomas de riesgo para la vida en paz, digna y llena de oportunidades para todos, o no hay riesgo?

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