La fuerza del tren
El poder de la pluma
Apenas hace algunas lunas confluí con Paloma Escalante Gonzalvo en el foro El tren maya desde una perspectiva de género; ella es una mujer de enorme experiencia académica en los impactos sociales y culturales causados por megaproyectos. Casi todos los críticos al proyecto ferroviario lo hacen en razón del impacto ambiental y muy pocos se han detenido a observar el mosaico cultural conformado por diversos grupos étnicos asentados en el trayecto de este proyecto de desarrollo. Paloma Escalante, en su participación como investigadora del INAH, afirma que la población indígena asentada a la vera de la construcción ferroviaria tiene presencia minoritaria en relación con la población mestiza y también ilustra el trabajo de recuperación de los vestigios arqueológicos que se encuentran en el trazo en construcción.
Es muy frecuente escuchar o leer a través de medios de comunicación la postura que algunas organizaciones sociales tienen acerca de esta construcción, tal pareciera que el proyecto se realiza sin tener estudios serios sobre las colateralidades aparejadas al llamado tren maya. Escalante Gonzalvo nos trae tranquilidad después de escuchar las previsiones tomadas respecto a los impactos sociales y culturales, realizadas por las instancias pertinentes; nos dice que las comunidades indígenas que se encuentran en los tramos de la denominada selva se hallan desde hace años en francos procesos de interculturalidad con migrantes de Guatemala e indígenas chiapanecos, ambas migraciones tienen como denominador común la violencia por parte de sus gobiernos o por el levantamiento armado de los zapatistas en Chiapas. Creer que por ser mayas son grupos homogéneos tanto en cultura como lengua no es totalmente adecuado, pues señala que cada pueblo tiene una historia particular.
Respecto a las mujeres, Paloma es contundente. En ningún poblado visitado en los cinco estados comprometidos con esta construcción ha encontrado quejas contra el proyecto entre las mujeres indígenas. Tampoco las mujeres asentadas en la ruta ferroviaria son las clásicas féminas oprimidas, ellas son de otra vertiente, son luchadoras, emprendedoras y cada día actúan con mayor independencia. Aunque no todo es color de rosa, en las comunidades más aisladas la violencia contra las mujeres todavía se practica en forma constante.
He leído en la prensa nacional la justa demanda de preservar este importante bastión de flora y fauna que alterará el ecosistema que circunda el ambicioso proyecto. Paloma nos da una respuesta basada en el conocimiento que tiene de una zona donde ha dedicado una buena parte de su vida. El paraíso creado existió, ahora es otra la condición, la selva se redujo, el cansancio de la tierra y fenómenos como la sequía han causado una importante migración hacia la Riviera Maya. Es necesario hacer volver a esos mayas y mestizos a sus territorios ancestrales creando una industria turística y ecológica; ellos pueden detener la tala clandestina y la caza furtiva. El tren es una fortaleza aún no cuantificada.