Espías
¿Hay una ley contra el espionaje?
La columna Viernes Cultural se queja ante El Transcriptor: no es posible que haya “James Bond” en nuestros asuntos periodísticos o no, íntimos o casi, de vecindario o de la urbe, de la familia cercana o ajena, no es posible, es inadmisible.
Ya no voy tranquila al baño, no puedo leer con calma Milenio Novedades, que tal si alguien me acecha.
-¿Por qué te quejas, acaso te han espiado a ti también, si no eres periodista? ¿Te crees la divina garza? Ya hay muchas en el patio.
-No, es que yo creo lo que publican y padecen los periodistas.
-¡Tú, zopenco, cuídate de los teléfonos inteligentes, los pegasos sí existen, están volando! Puedes ser el próximo en ser espiado, a ver si así te sigues riendo.
-¿Yo? ¿Enloqueciste? ¿Que me espíen ahora? A mí, desde tiempos inmemoriales me espía Patarax, al grado que ya casi no me tortura, sabe que ya hay una ley contra esas prácticas.
Simplemente tengo que responder a su interrogatorio:
A quién le hablaste, a qué hora, estabas sentado o agachado, desde dónde, qué estabas haciendo, quién te oyó, cuánto tiempo tardaste, desde qué teléfono hablaste, qué dijiste, qué te dijeron, a qué número te comunicaste, y así ad nauseam…
De nada… Saludos…n