Hace algún tiempo leí un libro acerca del agradecimiento, la autora guardó entre sus páginas algunas lecciones valiosas, llenas de espiritualidad, pero a la vez muy sencillas. Para mí resultó tan simple el modo en que expresa las virtudes de la abundancia que incluso parecía increíble pensar que no nos hayamos dado cuenta de ello, pero al analizar cada uno de sus argumentos confirmé aquello de que menos, es más.

Una vez escuché que el amor, la abundancia y la paz están disponibles para todas las personas, pero es necesario estar en la frecuencia correcta para recibirlos. Suena interesante, aunque tal vez resulte confusa la manera de lograr esa vibración perfecta que permita que las cosas buenas lleguen a nuestra vida.

Entre las premisas que encontré en mi lectura se encuentra la de que a pesar de que la situación se torne difícil es recomendable descubrir en cada circunstancia un motivo para agradecer, dice que para lograrlo es preciso hallar en cada conflicto una enseñanza, algo así como un importante significado.

Conforme fui avanzando en las páginas de este ejemplar comprendí que cada día es una oportunidad para recibir bendiciones, que la abundancia no necesariamente se trata de dinero, ya que las principales alegrías nos las regala la naturaleza, pero muy pocos se toman el tiempo para descubrirlas y, sobre todo, disfrutarlas.

Tengo que confesar que cuando leí que al tener una actitud de agradecimiento con la vida el universo se encarga de darte más, no pude evitar pensar que se trata de un argumento conformista, me pareció la excusa perfecta para quienes aman estacionarse en la zona de confort… pero al analizar las siguientes líneas pude aterrizar mis impresiones y entendí que es preciso agradecer por todo lo que se tiene, al mismo tiempo que mantienes la lucha por tus sueños y ambiciones, lo esencial es y seguirá siendo “el agradecimiento”.

La gratitud ofrece a nuestra vida grandes beneficios, tanto emocionales, como mentales y físicos. Es muy importante practicarla cada día, es la puerta de entrada a la profundidad espiritual, nos permite reconocer a las demás personas.

Para el ser humano promedio es muy difícil agradecer, nos enfocamos mayormente en lo que falta, olvidamos lo que hay. Preferimos centrar nuestra atención en el mérito, en lo que depende de lo que cada uno hace, abandonando lo verdaderamente importante, aquello que recibimos como una bendición: la vida, la amistad, el amor, la familia, todo eso que se nos da como regalo y por lo que hay que agradecer.

Practicar la gratitud permite que seamos felices, nos pone en sintonía con el universo, agradeciendo se logra la sinergia con aquellas cosas buenas que anhelamos, con los acontecimientos ideales que buscamos. Agradece por lo que hay, por lo que tienes, por lo que gozas, por lo que está y descubrirás todas esas bendiciones que por algún extraño motivo no has querido ver. Al terminar de leer tomó mayor sentido para mí el nombre de este libro: “Agradece y genera abundancia”, la autora es Pam Grout, se los recomiendo.