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Las dunas costeras son formaciones o montículos de arena, conchas o arrecifes de coral que son moldeadas por le viento y la vegetación, formando una barrera que impide que la arena se disperse, de tal manera que estos montículos ayudan a atenuar los efectos de las mareas. Si estas barreras protectoras faltan, el viento y las fuertes olas golpean directamente la costa, llevándose la arena y produciendo daños en la infraestructura que ahí se encuentre, como sucede con las casas a la orilla del mar, según señala la Guía de los servicios ecosistémicos de la UNAM.

Las dunas costeras brindan importantes funciones a la sociedad, entre ellas está la seguridad, protegiéndonos de los ciclones, nortes y otros fenómenos que nos afectan, sobre todo en lugares como las costas de la Península, siendo que tienen la capacidad de poder soportar el mal tiempo, según señaló la doctora Patricia Guadarrama, catedrática de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación (UNDI) de la UNAM, en Sisal.

La especialista en conservación de las playas y la vegetación costera, nos mostró los sitios en donde están realizando un proyecto de restauración con plantas que crecen de manera natural en la arena, en este rescate existen plantas pequeñas, medianas y grandes. La investigadora nos señalaba que existen plantas muy pequeñas, las cuales al llegar el viento y el oleaje muy fuerte pueden deshacerse, pero luego, con el tiempo y gracias a que están cercanas al mar, empiezan la acumulación de arena y se vuelven a formar. La ventaja de estas plantas de las playas, es que tienen la capacidad de soportar el enterramiento, la ausencia de nutrientes y de agua dulce, y pueden aguantar las presiones a las que son sometidas.

De la misma manera, la doctora Guadarrama nos comentaba que las plantas que crecen en la playa son capaces de soportar la aspersión salina, que es el agua del mar que viene con sales, ya que dentro de sus funciones está la captura de las partículas de sales, es decir, con esta función protegen de las sales que llegan del mar a todas las construcciones que se edifican en los puertos. El agua de lluvia es filtrada para que lleguen a los mantos de agua subterránea.

En días pasados, a la Península de Yucatán llegó el frente frio N. 32, con características de vientos fuertes de 70 a 80 km/h durante las rachas pico, lo que causó inundaciones en algunas comunidades costeras, pero en el experimento que se realiza en el puerto de Sisal por la UNAM, se pudo observar que aquellos lugares en donde las plantas crecen en las dunas se retuvo la arena, es decir: “el mar no se llevó la arena de la playa”.

La catedrática de UNAM, Gabriela Mendoza, documentó que en los lugares de las dunas “vegetadas” que están en proceso de consolidación y las dunas embrionarias funcionan como áreas de amortiguamiento que reciben los impactos ambientales, lo que representa que a pesar del agua de mar que avanzó por la playa en Sisal, en los lugares donde había vegetación se podía observar unas especies de islas con vegetación y arena acumulada.

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