Biblioteca Universitaria: notas históricas

José Ramón Pérez Herrera: Biblioteca Universitaria: notas históricas.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La Biblioteca Central Universitaria es el centro de difusión cultural más importante de la Máxima Casa de Estudios de Yucatán, pues en su interior se resguarda valioso material bibliográfico y hemerográfico de carácter científico, literario, histórico y antropológico. Esta biblioteca tiene su antecedente en la fundada por el Gral. Manuel Cepeda Peraza por Decreto del 28 de septiembre de 1867. Eduardo Ruz en “Entre libros y recuerdos. Historia de la Biblioteca Central Universitaria, 1922–1994” (1996), indica que dicha biblioteca fue inaugurada el 1 de octubre de 1868, ocupando dos piezas de la planta baja del antiguo Instituto Literario del Estado.

El primer acervo de la Biblioteca estuvo integrado por 600 libros de literatura, cultura, historia y ciencias. Para 1869, la Biblioteca pasó a depender del Consejo de Instrucción Pública y recibió el nombre de “Biblioteca Cepeda”. En 1894, la Biblioteca “Cepeda” fue trasladada a otro recinto con lo que el Instituto se quedó sin este importante espacio cultural bibliográfico. Fue hasta 1919, cuando Francisco Martínez de Arredondo donó al Instituto Literario la cantidad de 5,000 pesos para la compra de nuevos libros que formaran una Biblioteca para la institución. El entonces director del Instituto, el Lic. Manuel Castilla Solís, adquirió dos lotes de libros.

La Universidad Nacional del Sureste, fundada en 1922, heredó la Biblioteca del Instituto Literario, la cual contaba para la fecha con aproximadamente más de mil libros. En este marco fundacional, Petronila Arjona fue la primera persona nombrada como Encargada de la Biblioteca Universitaria. El cargo lo sostuvo de marzo a mayo de 1922. Las primeras personas que ocuparon el cargo después de Petronila Arjona fueron: Juan Mendoza, Eduardo Urzaiz Jiménez, Carolina Herrera Manzanilla, Delia Tamayo de González y Eloy Romero.

Desde su apertura como parte de la Nacional del Sureste, la Biblioteca se nutrió de libros donados como, por ejemplo, “La divina comedia”, de Dante Alighieri; “Tragedias”, de Esquilo; “La Ilíada” y “La Odisea”; de Homero, “Diálogos”, de Platón; “Farmacopea francesa”, de Miguel Antonio y Villar; “La Terapéutica antiséptica”, de Troussant; “El origen de las especies”, de Charles Darwin; “Romance de lobos”, de Ramón Valle Inclán; “Los miserables”, de Víctor Hugo; “Fábulas”, de La Fontaine; entre muchos títulos más.

Rodolfo Ruz Menéndez en su artículo “Las Bibliotecas en Yucatán. El nuevo edificio de la Biblioteca Pública del Estado” (1989), comenta que: “en septiembre de 1956, el Sr. Lic. Francisco Repetto Milán, Rector de la Universidad de Yucatán, tuvo el acierto de crear el Departamento de Bibliotecas, que se integró con la Biblioteca Central, ya citada y con la de Medicina, fundada en 1890”. La riqueza cultural que acumuló la Biblioteca en 1922 fue creciendo conforme pasaron las décadas. Hoy, se trata de una Biblioteca con obras de gran alcance científico, histórico, literario a nivel local, nacional e internacional. Su acervo integra obras en español, maya, inglés, francés, chino y varios idiomas más, lo que nos permite acechar a múltiples ventanas culturales.

Lo más leído

skeleton





skeleton