Cerrar los ojos y no aceptar que los antiguos mayas podían predecir las condiciones del tiempo e interpretar las señales marcadas por su entorno en relación a lo que podría ocurrir, y que esas costumbres han pasado de generación en generación hasta nuestros días, sería un fatal error.

La meteorología moderna, con todos los avances que nos han permitido los modelos matemáticos para poder predecir lo que sucederá en el ambiente de la meteorología a futuro, ha sido un gran avance en el mundo, sin embargo, no hay que negar los conocimientos de los mayas, quienes no sólo fueron grandes matemáticos y astrónomos, sino también meteorólogos.

En la Península de Yucatán suceden muchas situaciones en el entorno natural que sustentan los modelos de predicción del comportamiento a futuro del tiempo, tanto así, que rara vez fallan, y uno se pregunta cómo puede ser la naturaleza tan sabia en esos aspectos, pues sencillamente reacciona al comportamiento de las condiciones de la atmosfera y da señales de las situaciones del comportamiento que el tiempo pudiera tener más adelante.

La observación en el medio meteorológico es de suma importancia hoy en día, mirar al cielo y las nubes y ver qué sucede nos da un panorama rápido de qué tipo de presión tenemos, por ejemplo, si una alta presión o una baja presión. Observar el tipo de nubes que domina y están presentes en el cielo nos indica buen tiempo o mal tiempo, y si va a llover o no, así como apreciar la dirección en la que sopla el viento nos indica si habrá buen tiempo o mal tiempo, si hay presencia de un ciclón tropical o se aproxima un frente frío, todo esto se valida con la medición de la instrumentación meteorológica que alimenta a los modelos matemáticos.

De igual forma, el comportamiento de ciertos árboles da señales de futuros comportamientos de las condiciones del tiempo, por ejemplo, el maculis, ya sea rosa o amarillo que está presente en la Península de Yucatán, es un indicativo del fin de la temporada de frentes fríos y señala que la temporada de sequía está por iniciar. La cantidad y colores, ya sean vivos o pálidos de sus flores, nos indica si la sequía será fuerte o normal, y así como el maculis hay otros árboles, pero la floración de ellos son indicativos de un evento o cambio en las condicione del tiempo. El ceibo es otro árbol importante para predecir el comportamiento natural, en especial su floración avisa del comienzo de la próxima sequía y sus frutos nos dan a conocer si las lluvias serán normales o fuertes y su extensión. En el caso de las aves, la Yuya, con su nido alargado, nos indica que no pronto entrará la humedad a la región.

Un ejemplo de ello el maculis, este año apenas está empezando a florecer, por lo que nos está avisando que la temporada de frío intenso será en tiempo y forma, y que la sequía no empezará aún, como sucedió contrariamente en años pasados, cuando para estas fechas ya había florecido y la sequía se adelantó e inició a fines en febrero.