Con gran realismo, Acanceh vive la Pasión de Cristo

En su 32 edición, la escenificación de la muerte de Jesús se consolida en este municipio yucateco.

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La escenificación en Acanceh fue muy real y dramática. (Mario Escalante/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Feligreses de los 14 decanatos de la Arquidiócesis de Yucatán acompañaron a Jesús en el dolor de su pasión, como parte de los servicios religiosos del Viernes Santo, el cual se vivió con representaciones y ceremonias solemnes en diferentes puntos del estado.

Los municipios de Baca y Acanceh, como ya se ha hecho costumbre, reunieron a la mayor cantidad de participantes por la escenificación del vía crucis.

¡Esos soldados están rompiendo la espalda de mi papá!, exclamó entre sollozos la pequeña Mairy Yosmeli Tec Canul, de cuatro años,  hija de Feliciano Tec Ek, quien por segundo año encarnó al nazareno en Acanceh. 

La pequeña afectada por las escenas tuvo que ser retirada del lugar por su madre, Griselda  Canul Hernández. 

Sin la mirada de la niña, el recorrido comenzó por más de un kilómetro en las calles aledañas a la iglesia del municipio. El calvario de este Jesús yucateco estuvo motivado por el deseo irrevocable de ser un hombre nuevo, sin vicios; dedicar el papel a la memoria de su padre y hermana y representar el dolor de Cristo lo más apegado a la realidad, recibiendo latigazos y cargando una cruz de 110 kilos, 50 kilos más que su propio peso.

El vía crucis tuvo una duración de dos horas con cinco minutos, con la participación de cientos de decenas de personas. Entre los integrantes del Grupo Parroquial Renacimiento y  miembros de la comunidad cumplieron con la tradición de escenificar la Pasión de Cristo, que cumplió ayer 32 ediciones ininterrumpidas.

Miles de espectadores, tanto turistas como feligreses, acompañaron al contingente, soportando todos por igual la distancia y las altas temperaturas. Una valla de personas con una cuerda delimitó el área de acción de los actores para que la gente no interviniera en el desarrollo de las escenas.

Realismo al máximo

A pesar de ser un montaje basado en las Sagradas Escrituras, los espectadores se conmovieron de la actuación de Feliciano hasta las lágrimas. Algunos incluso comentaban que los azotes no deberían ser tan intensos. 

Las tres caídas del Jesús fueron sufridas hasta por la gente, pues el asfalto ardiente laceró  las rodillas de Feliciano, cuyas heridas se podían ver a varios metros, así como su agotamiento.

Tal como lo indican las estaciones, Cristo se detuvo ante el llanto de su madre, el socorro del cirineo, las mujeres sollozantes y el encuentro con la Verónica, quien limpia su cara bañada en sangre, imprimiéndola en un pañuelo, a manera de milagro. 

La crucifixión se desarrolló al filo de las 14:00 horas a los pies de la pirámide conocida como Palacio de los Estucos.

Cinco minutos después de la muerte del Cristo, al igual que en la narración bíblica, como si el tiempo se sumara al guión, el sol fue eclipsado por unos instante por una gruesa nube, mientras bajaban a Jesús para ser llevado al sepulcro y su madre lloraba desconsolada con el cuerpo inerte en sus brazos.

Dolor más intenso

En entrevista después del vía crucis Feliciano Tec admitió que este año el dolor fue más intenso, porque cargó una cruz de 110 kilos, y sus ensayos fueron con una de 90 kilos.

Incluso, el cansancio por cargar el madero, aunado al calor y los azotes provocaron que la segunda caída marcada  en la séptima estación fuera real y no actuada.

El agotamiento de Feliciano generó que en la escena del auxilio del cirineo se prolongara por varios metros para que el protagonista se recuperara. 

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