Curva de aprendizaje

Aplicando la curva de aprendizaje al presidente López Obrador, es comprensible que la falta de experiencia propia y de funcionarios de su gabinete devenga en yerros

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El concepto “curva de aprendizaje”, aplicado originalmente en la fabricación de aviones en 1936, por TP Wright, plantea que las horas-hombre necesarias para completar una unidad de producción decrece en un porcentaje constante con la repetición. Esta “curva” es utilizada en muchos campos… incluido el político.

Los teóricos señalan que en tres meses la pendiente debe estabilizarse e ir en ascenso; es decir, que la persona ya debe integrarse a la cadena de producción y generar una utilidad medible. Sin dejar de lado que las “curvas de aprendizaje” dependen del procedimiento realizado en un período específico, un ejemplo es el reclutamiento en las fuerzas armadas, donde tres meses bastan para integrarse a las rutinas, entrenamiento, disciplina.

Hemos mencionado el Plan General de los Buques de la Armada, donde cada marino (desde el comandante hasta el grumete) tiene asignados: división del barco, número de camarote o litera, puesto y misión en cada zafarrancho de combate, colisión, contraincendio, abandono de buque, maniobras de arribo y zarpe, etc. En suma, un ejemplo de organización.

Aplicando la curva de aprendizaje al presidente López Obrador, es comprensible que la falta de experiencia propia y de funcionarios de su gabinete devenga en yerros, lo que dificulta implementar políticas y cambios que propone y cuya piel sensible le impide contener su molestia cuando las cosas no marchan como quisiera o hay señalamientos. Sus viscerales conferencias matutinas son su vaso de bilis diario.

La cruzada contra el robo de combustible es otro dolor de cabeza; lo que se cuestiona no es el fondo sino la forma y la estrategia, que está costando muy caro y será de largo plazo. Además, no está barriendo como prometió “de arriba hacia abajo” (falta Carlos Romero Deschamps), y pocos aceptan la impunidad a los “huachicoleros”, a lo que se suma su negativa de actuar en contra de los maestros de la CNTE, que golpean la economía de Michoacán y del país.

La inexperiencia política ha hundido proyectos y programas, junto con los funcionarios al frente. Ahora, con AMLO, ha habido choques con los secretarios de Hacienda, Carlos Urzúa; de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú; de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; de Energía, Rocío Nahle, por citar algunos.

El más claro ejemplo de que conocimiento, destreza y personalidad deben incluirse en la selección de liderazgos en la clase gobernante es Octavio Romero Oropeza, titular de Pemex, un ingeniero agrónomo cuyos únicos méritos para ocupar ese cargo fueron ser miembro de Morena y haber sido oficial mayor del entonces Gobierno del DF en tiempos de AMLO.

Si bien no es atribuible del todo a él, con funcionarios de este nivel es entendible que la calificadora Fitch Ratings haya rebajado dos escalones las notas sobre los bonos de deuda de Pemex y las colocara con perspectiva negativa; es decir, que se le considere una compañía poco confiable para la inversión de capital internacional.

Van dos meses del nuevo gobierno, queda uno para que la pendiente de la curva de aprendizaje tienda a estabilizarse, pero hace falta más que buenos propósitos o negativas viscerales.

Anexo "1"

Hoja de Actuación

En la Armada (al igual que en el Ejército), cada año es evaluado el desempeño del personal: los de tripulación, con el Memorial de Servicios, y los oficiales, con la Hoja de Actuación. De los primeros, prácticamente es la conducta que se califica, mientras que a los segundos, en el documento que consta de cinco hojas, en la tercera y cuarta el Consejo de Honor califica: aptitud para el servicio, entusiasmo para el servicio, facultad de comprensión, decisión, tacto, don de mando, presencia de ánimo, iniciativa, lealtad, cooperación, laboriosidad, cumplimiento del deber, presentación personal, conducta militar y civil y el trato a los subordinados. Concluye con el "Concepto particular del comandante", sobre: Aptitud profesional, instrucción general y calificación sobre desempeño de cargos.

Estas evaluaciones juegan un papel importante para la asignación de mandos y cargos y para las convocatorias para ascensos. La "hoja 5" es calificada por el comandante del buque, unidad de Infantería, o director de Zona, Sector Naval o dependencia, según el caso, cuyos conceptos no se dan a conocer al evaluado, pues es "confidencial" y se remite al alto mando.

Consideramos que este tipo de evaluaciones debe existir en todas las dependencias de gobierno, pues el ejercicio del mando (o cargo) debe ser sustentado con indicadores que demuestren la capacidad del funcionario. Pero, tratándose de políticos puede no ser confiable.      

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