Joel González/Mérida
Cargadas de ilusiones y con el anhelo de dar el paso al profesionalismo a través de un proyecto de alta calidad, dos jóvenes bailarinas del centro del país, Isabel Deutsch Guerrero y Regina Álvarez Julián, hicieron sus maletas y se embarcaron a la aventura en tierras mayas para integrarse al magno proyecto “Danza de las Américas”, el cual cristalizará sus sueños esta noche, cuando se estrene en el Teatro “José Peón Contreras”, máximo escenario de las artes en la Península.

Las dos ejecutantes de ballet, residentes en el Estado de México, cuentan con más de 8 años de formación en la danza y una trayectoria muy consistente en el medio semi-profesional; ambas buscan propuestas interesantes e innovadoras que les representaran un reto, respondieron a la convocatoria lanzada a nivel nacional por la Secretaría de la Cultura y las Artes ( Sedeculta), la cual las citó a los tres días a realizar las audiciones.

Con solo una maleta bajo el brazo viajaron a la capital yucateca y se presentaron al selectivo, donde resultaron seleccionadas y esto motivó que tuvieran que buscar un lugar para vivir, ya que el proyecto demandaba 6 meses de capacitación, entrenamiento y montaje, respaldadas por una beca de la Sedeculta.

En entrevista con Regina, comentó que este proceso ha sido una experiencia muy diferente a lo que estaban acostumbradas, debido al nivel de exigencia y el tipo de movimientos neoclásicos que propone en destacado coreógrafo estadounidense James Kelly, con quien considera un honor el poder trabajar.

Por su parte Isabel, coincidió en el alto grado de dificultad que tiene participar en una puesta de esta magnitud, así como de la intensidad que deben imprimir cada integrante del elenco para lograr darle vida a un espectáculo de gran aliento, de los que muy pocas veces se ve en el país.

Ambas bailarinas, de 18 años de edad, están motivadas por integrar la naciente compañía de danza y hacer realidad sus sueños, se lanzaron a la aventura sin haber vivido solas antes y sin conocer la ciudad, sin embargo, la experiencia que están viviendo las hizo reflexionar sobre los alcances artísticos que ofrece Yucatán.