Desaparecer la Marina Mercante
El poder de la pluma
En abril 2018 comenzó a circular un video: cuatro marinos mercantes y un civil daban conferencia de prensa en el Café La Parroquia de Veracruz. Uno de ellos dijo que entre egresados de escuelas náuticas, tripulaciones, familiares, empresarios y empleados “aseguraban más de tres millones de votos al candidato de Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, a cambio de que, si llegaba a la Presidencia, creara una Secretaría de Marina Mercante, o sea, civil, porque eso son los mercantes, marinos civiles.
El declarante era el capitán José Francisco Mendoza Sauceda, con cuatro licenciaturas: Piloto Naval, Capitán de la Marina Mercante, Capitán de Altura e Ingeniero Geógrafo Hidrógrafo (1998), todas por la Escuela Náutica de Veracruz “Fernando Siliceo”.
Las aguas comenzaron a agitarse en 2015, cuando el presidente Peña Nieto reformó las leyes de la materia para transferir el mando de las capitanías de puerto al personal de la Armada. Los mercantes lucharon por sus bastiones. Perdieron, pero no arriaron velas.
Comenzaron a gestar en el Congreso una ley para crear una “Secretaría de Mar y Tribunales Marítimos”, con el argumento de que deben tener su espacio en la administración pública, pues sus funciones son diferentes a las de la marina de guerra, además de su propia Universidad Náutica. La iniciativa fue presentada en agosto de 2017 por el capitán mercante Óscar Cortés Estévez.
La tormenta pareció amainar con el arribo de la 4T al poder, pero solo fue una tregua, porque, el pasado lunes, marinos mercantes se manifestaron en Veracruz contra una iniciativa presentada por Morena, que aseguran es la “inminente militarización” de los puertos bajo el control de la Armada.
La respuesta de AMLO fue: “Cuando se habla de militarizar se exagera, no es eso, es tener el control de los puertos, por contrabando, por tráfico de drogas, ser más eficientes en todo lo que son entradas de mercancías, de carga y de sustancias”.
Y, poco sensible, dijo a los marinos mercantes: “No hay ningún problema, que no olviden que la Secretaría de Marina tiene escuelas también de marina mercante, no todo lo que es la Secretaría de Marina son escuelas navales militares, ellos capacitan, forman para la marina mercante”. Esta afirmación evidencia que el presidente no tiene la información completa, porque la Semar solo tiene la H. Escuela Naval Militar (para formación de mandos); las escuelas náuticas de Veracruz, Tampico y Mazatlán son operadas por la parte civil.
Ese mismo día, Morena “congeló” la discusión del dictamen de reforma a las leyes Orgánica de la Administración Pública Federal, de Navegación y Comercio Marítimos y de Puertos, que daría a la Semar “la administración total de los asuntos marítimos en México”.
Un duro golpe a la “obra viva” de la Mercante, precisamente la que históricamente dio origen a las armadas del mundo (para proteger el tráfico marítimo de la piratería), y aquí en México, la que motivó la nacionalización de la Marina.
La batalla no ha terminado, pero no es entre hermanos del mar.
Anexo “1”
Justificación
En la justificación del dictamen de reforma a las leyes para quitarle a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) facultades en materia de autoridad marítima mercante y trasladarlas a la Secretaría de Marina, se detalla que, en la transformación del país, el Poder Ejecutivo debe ejercer una autoridad marítima fortalecida.
Menciona que “es necesario resaltar que en esta nueva etapa por la que atraviesa el país se requiere de la participación de todos los sectores, incluido el marítimo, para erradicar las prácticas que limitan el desarrollo nacional, en el cual, la honestidad, la austeridad y la legalidad en la aplicación de los recursos, serán los ejes rectores para lograr el desarrollo sustentable y eficiente de la Nación, por lo que es necesario que el Poder Ejecutivo Federal ejerza una autoridad marítima nacional fortalecida, evitando la duplicidad de funciones y el consecuente dispendio de los tan necesarios recursos humanos y financieros, además de combatir la corrupción, fortalecer la idoneidad e imparcialidad de los trámites que se brindan a la comunidad marítima y de esta manera impulsar el desarrollo marítimo del país”.
También se advierte que “el traslado de atribuciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a la Secretaría de Marina, sin duda implicará transferencias de recursos financieros, materiales y humanos, cuestión que está prevista en la iniciativa que se analiza”.