Directora de Catastro de Mérida da a conocer sus grandes pasiones

Es de las pocas mujeres que han desempeñado el cargo en los últimos años

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La directora del Catastro Municipal, Aura Loza Álvarez. (Daniel Sandoval)
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Nalleli Calderón/MÉRIDA
Apasionada del conocimiento, de los libros, de los animales y la naturaleza, así es la directora del Catastro Municipal, Aura Loza Álvarez, una de las pocas mujeres que han desempeñado ese cargo en los últimos años.

Nacida en la Ciudad de México, a los seis años sus padres se fueron a vivir a Chetumal, Quintana Roo, donde cursó sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, pero desde hace 30 años radica en Mérida.

Relató que es una mujer disciplinada y responsable. Desde joven cambió su lugar de residencia de Chetumal a Mérida para estudiar su primera licenciatura en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), motivo que le exigió ser más organizada para tener una economía responsable y balancearla con las actividades diarias.

Al finalizar la carrera en 1994 trabajó como pasante y luego como abogada litigante por un tiempo, hasta que en 2001 tuvo la oportunidad de estudiar la licenciatura en Lenguas Modernas: inglés, francés, italiano y alemán en Puebla, pero por cuestiones de tiempo no finalizó.

Sin embargo, la constante búsqueda de la preparación profesional la llevó a estudiar y terminar su segunda licenciatura en Literatura Latinoamericana en la Uady en 2011 y posteriormente, ese mismo año, la Maestría en Cultura y Literatura Contemporáneas de Hispanoamérica en la Escuela Modelo, donde concluyó en 2013.

“En esa época que estaba entre la licenciatura y la maestría me entró una ambición horrible por comprar libros y quería comprar todos al grado de tener angustia por no tenerlos, me metía a la librería y salía con los brazos llenos, tengo un cuarto repleto de ellos”, comenta entre risas.

Describió su infancia como una etapa feliz, libre y llena de amor porque sus padres siempre procuraron que tanto ella como sus dos hermanos crecieran en un ambiente familiar sano en el que se procuraba creer en la magia de la Navidad y la llegada de Santa Claus.

En la comodidad de su modesta oficina decorada con dos grandes imágenes aéreas de Mérida, compartió algunos pasajes de su vida personal y profesional.

¿Perfume o aroma favorito?

No tengo un perfume en particular, pero amo el olor que transmiten los recuerdos, como la casa de un familiar porque me recuerda algún pasaje de mi infancia, el de la tierra mojada y el olor a limpio, esos me agradan.

¿Comida favorita?

La comida yucateca, como potaje, queso relleno y puchero; además, la poblana y la hindú, porque en un viaje a Europa la probé y me gustó, es muy especial y rica.

¿Qué imaginó ser de adulta?

Pensé estudiar Relaciones Internacionales o Ciencias Políticas, pero para eso había que salir de Chetumal y donde podía estudiar esas carreras me quedaban muy lejos, así que decidí que leyes era lo más parecido y decido venir a Mérida.

¿Algún personaje favorito?

Mis papás y hermanos porque los admiro, mi hermano es doctor en física, vive en Barcelona y es muy inteligente, analítico y sencillo; mi hermana estudia su segunda carrera y es súper trabajadora e inteligente.

Mis padres, viven en Mérida y son jubilados, mi papá era veterinario -de ahí el amor de todos por la naturaleza y los animales, puntualiza- y mi mamá fue maestra de inglés, el año pasado cumplió 70 años pero todavía practica tai chi y yoga, anda en triciclo, chapea su  jardín ¡muy activa!

¿Hace ejercicio o practica algún deporte?

No practico deporte en particular pero me gusta montar bicicleta, pasear en ella me encanta, así que procuro tres veces a la semana salir a la ciclovía, recorrer sus seis kilómetros y los fines de semana me gusta visitar alguna ruta del Estado para montar la bici porque me subo y todo se me olvida.

¿Música favorita?

¡La ochentera! porque con ella crecí, pero también disfruto mucho el Huapango de Moncayo, la música mexicana.

¿Fue noviera?

No mucho, creo que me dedicaba más a estudiar y a bailar, eso me gustaba mucho, por eso siempre estaba en clases de danza regional. Era más amiguera.

¿Cómo definiría el amor?

El amor, a ver… pienso que es una complicidad entre dos personas y además una forma de entendimiento entre ellas y ahí creo que es cuando puede haber amor. No sé, también hay muchas clases de amor.

¿Cómo es un día de su vida cotidiana?

Me despierto temprano, a las 5:30 de la mañana y tomo la bicicleta para ir a la ciclovía que recorro como en 30 minutos, llego a la casa y escucho las noticias que es lo primero que hago, luego vengo a la oficina reviso correos y mi agenda, donde apunto todo porque tengo muy mala memoria (toma su agenda y, muestra entre carcajadas y un tanto sonrojada, las hojas llenas de apuntes por pendientes), me quito entre cinco y seis de la tarde, llegó a casa y me duermo temprano porque duermo mis ocho horas, no me desvelo porque si no, al día siguiente no pienso.

 

La funcionaria tomó su agenda y la mostró entre carcajadas. (Daniel Sandoval)

¿Qué sigue en su preparación profesional?

Me gusta mucho estudiar, siempre estoy pensando qué otra carrera puedo estudiar y ahora quiero hacer un doctorado en Administración Pública.

¿Mejor virtud?

Ser responsable y amable porque eso me facilita mucho el trato con las personas porque serlo me da muy buenos resultados.

¿Peor defecto?

A veces soy muy impaciente, quisiera que la gente me leyera la mente y me entendiera rápido sin decir mucho.

¿Algo qué mejorar?

Eso, la paciencia ¡por favor!

 

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