Más de 23 años entre muertos y nunca ha visto uno

Don Pili, de 81 años, arregla, pinta las tumbas del cementerio de Xoclán para que luzcan bien y recibir a quienes estarán en su última morada.

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Don Filiberto Balam asegura que en un lustro de trabajar en el cementerio, nunca ha tenido alguna experiencia paranormal. (Fotos: Cuauhtémoc Moreno/SIPSE)
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Cuauhtémoc Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “Don Pil”, como lo conocen sus compañeros de trabajo en el cementerio Xoclán de Mérida, ha tomado la muerte como forma de vida y le dedica gran parte de la misma al cuidado del camposanto y el arreglo de la que será la última morada de quienes se han adelantado en el camino de la vida.

Desde los 25 años de edad, don Filiberto Balam se ha dedicado a trabajar en el cementerio, pues su anterior labor en la milpa no le alcanzaba para mantener a su familia.

Oriundo del municipio de Muna y con seis hijos, hace más de 50 años que "don Pil" vive en la capital yucateca. Llegó para trabajar como constructor de lápidas y nichos cuando el cementerio empezaba a crecer.

Formalmente, desde hace 23 años pertenece a la plantilla de trabajadores que laboran en el lugar; ahora que cuenta con 81 años, la edad solo le permite arreglar, pintar y darle una "manita de gato" a las tumbas para que luzcan bien.

Dice que durante su larga trayectoria de trabajo en el panteón nunca ha tenido alguna experiencia paranormal (muertos o aparecidos), como cuentan muchos de sus compañeros. A él le gusta trabajar entre tumbas y nichos porque "es más tranquilo que estar en la calle".

A poco más de un mes de que empiecen las festividades del Día de Muertos, dice que en los últimos meses ha disminuido el trabajo en el cementerio, pero espera que durante octubre y noviembre se incremente.

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