MÉRIDA, Yucatán.- Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que en Yucatán solo dos de 106 municipios cuentan con servicio de alcantarillado y drenaje: Mérida y Progreso, el tema toma relevancia en estos días en los que se han registrado severas inundaciones en varias zonas de la entidad.

De acuerdo con especialistas en Ingeniería Hidráulica, las redes de alcantarillado de una población evitan la inundación, en caso de lluvias, en comercios y viviendas.

Además, desde el punto de vista sanitario, son las encargadas de desaparecer las aguas negras, es decir, los desechos originados por la actividad de la población, además de por la lluvia.

En la composición de estas aguas se encuentran sólidos orgánicos disueltos y suspendidos que se pueden pudrir; también conllevan microorganismos y bacterias que aceleran el proceso de descomposición.

Como resultado de las actividades económicas, sociales y culturales de la vida cotidiana, durante 2018 se recolectaron en Yucatán en promedio mil 439 toneladas de residuos sólidos urbanos al día, lo que equivale a 719 gramos por de residuos por habitante.

Además, Yucatán tiene 22 municipios con asentamientos humanos irregulares, 12 de los cuales se encuentran en zonas de riesgo.

Estos datos, que se desprenden del Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales, fueron dados a conocer por el Inegi con motivo del “Día Mundial del Medio Ambiente” (5 de junio) para destacar la importancia de la protección y el mejoramiento del medio ambiente como una necesidad fundamental para el bienestar de los pueblos y el desarrollo económico.

En el tema del drenaje y alcantarillado, el ingeniero civil, con especialidad en Hidráulica y Sanitaria. Juan Vázquez Montalvo, explicó que son de suma importancia para las zonas urbanas porque evitan la contaminación del medio ambiente, principalmente las reservas de agua subterránea y el entorno.

“Mérida, la gran urbe del sureste mexicano, prácticamente carece de servicio de drenaje sanitario, solo algunas zonas que equivalen al 10 por ciento de su población gozan de este importante servicio”, destacó.

Explicó que a principios de 1960, en Yucatán y Mérida, su capital, había una alta incidencia de enfermedades intestinales, que provocaba incluso muerte en los habitantes.

“En esa época el presidente de la República de aquella época (Adolfo López Mateos), decía que tomábamos “caldo de microbios”, porque carecíamos de agua potable y se tomaba de los pozos, norias y cenotes o agua de lluvia y tampoco teníamos sistema de drenaje sanitario. Gracias a un préstamo internacional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se hizo realidad el proyecto de dotar de agua potable a las grandes manchas urbanas del momento: Mérida, Ticul, Tekax, Valladolid e Izamal”, mencionó.

A principios de los 80 se hace el intento de poner el drenaje en Mérida, pero el proyecto se topó con muchos problemas por las características del suelo, que lo hicieron no redituable y terminó por suspenderse.