Nació con 60 % de neuronas muertas... quiere ser psicólogo

La parálisis cerebral no le ha impedido a Luis Octavio Chávez Campomanes dedicarse al deporte y dar conferencias sobre su modo de ver las cosas.

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Luis Octavio Chávez cursa el segundo grado de preparatoria y quiere estudiar Psicología en el Deporte. (Jorge Acosta/SIPSE)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- A sus 17 años, Luis Octavio Chávez Campomanes cursa el segundo grado de preparatoria, es un atleta en lanzamiento de jabalina, bala y disco, a pesar de que tiene daño cerebral y el 60 por ciento de sus neuronas no funcionan.

Mientras entrena bajo la supervisión del maestro de deportes del CRIT, Gabriel Cruz, su abuela, Leticia Valdez Grimau, explica que “Tavo” nació cuando le faltaba una semana para cumplir seis meses de gestación y tardaron en descubrir que tenía parálisis cerebral porque el médico que atendió a su madre le dijo que debido a las condiciones de nacimiento él no tendría un desarrollo similar al de otros niños, porque le faltó tiempo para “madurar”.

Al paso del tiempo se dieron cuenta de que no gateaba, babeaba mucho, así que les recomendaron meterlo a una guardería para ver si por imitación mejoraba sus habilidades; en el proceso se les solicitó un estudio que reveló que el niño tenía parálisis cerebral y que incluso el 60 por ciento de sus neuronas estaban muertas. Hoy está en segundo grado en el Conalep y quiere estudiar Psicología en el Deporte. 

Así que comenzaron el proceso de llevarlo a terapias, pero no iban a los lugares adecuados, porque el niño no registraba avances; por algunas circunstancias Leticia Valdez llegó a Mérida y trajo a “Tavo”, quien recibió sus primeras terapias en el CREE y es cuando comenzó a ver cambios; luego lo llevó al CAM, a equino terapia y natación, incluso lo operaron para que pudiera mejorar el trabajo en las piernas desde sus ingles.

Cuando se abrió el CRIT en el Distrito Federal lo inscribió y cuando lo aceptaron, el niño regresó con su madre, pero debido a que la mujer tuvo otro embarazo complicado, solo fue unos meses a rehabilitación. Así que volvió a asumir su cuidado y cuando se abrió este centro en Yucatán, de inmediato lo inscribió. Es un joven con muchas ganas de salir adelante, incluso ha dado conferencias y había comenzado a dar sus primeros pasos, pero luego de una operación retrocedió.

“Hace dos años, cuando el médico le cambió la terapia para fortalecer sus brazos y no sus piernas, le preguntamos al doctor si era porque no iba a volver a caminar y nos dijo que esa era la realidad, yo lloré, pero Tavo me preguntó porqué estaba triste, si el médico lo estaba ayudando a fortalecer lo que lo puede ayudar”, explicó.

“Tiene mucho espíritu de vida, ganas de ser alguien, de encontrar un camino; tiene fe en Dios, le agradece permitirle vivir, y aunque yo he soñado con encontrar un doctor que lo opere y le permita caminar, él dice que desde donde está ve la vida con otra perspectiva, se acepta como es y pone todo lo que puede para salir adelante”, dijo.

En las conferencias que da, explica a las personas que una discapacidad no es cerrarse el mundo, es una posibilidad de vida y sirve para que los demás se den cuenta que son igual que cualquier otra persona.

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