Entre cervezas y cenotes

La extinta Cervecería Yucateca agasajaba a su personal con jarros de cerveza todos los días. Sí, en horario de trabajo.

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El profesor Mariano López Gil aporta agradabilísimos datos sobre la cerveza en Yucatán que vale la pena recordar. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Dos interesantes libros presentó hace unos días el ameno y culto Don Mariano López Gil; uno que se avoca a los cenotes y cuevas, y el otro  a la cerveza producida en el estado a través de la historia. Sin duda, son dos temas muy apasionantes, y es por ello que durante muchos años hemos explorado tanto los cenotes como las cantinas de Yucatán.  

Aprovechando el comercial, y a cuantos días de ver  la luz nuestro  nuevo libro “Anécdotas de las cantinas de Mérida” segunda parte, les suplico a los cantineros  y/o negociaciones que amablemente están apuntalando la impresión con su patrocinio,  que me envíen a la brevedad el cartel que insertaremos en la obra, pues en caso contrario esta semana incrustaré el que se me ocurra. 

Por cierto, el sábado se reinauguró “La Prosperidad”, y es por ello que le enviamos nuevamente nuestras felicitaciones a David Cetina a quien sin duda le auguramos un rotundo éxito. 

Regresando al tema que nos ocupa, los libros que presentó Don Mariano se suman a la formidable lista de títulos que ha escrito, ya según nos refiere el más reciente  fue el número 62.  En su interesante obra  “Historia de las Cervezas yucatecas”, Don Mariano aporta agradabilísimos datos que vale la pena recordar, como por ejemplo, en los años setentas, cuando dos personas cruzaban el umbral de un abrevadero con la intención de apagar el calor, solo pedían una cerveza y dos vasos de barril,  y cuando la gastaban, pedía otra cerveza que volvían a dividir con el objetivo de no permitir que se calentara. 

Otro dato interesante es acerca de la arraigada costumbre que hubo entre las mujeres que estaban en período de lactancia,  ya que hasta hace un par de décadas  se pensaba que la cerveza obscura era muy benéfico para ese fin. La costumbre consistía en beber al menos una cerveza alrededor de los primeros 40 días, pero lo simpático era que al día 41, aunque “en teoría” no la necesitaran,  reclamaban su fría espumosa. 

Bebida nutritiva

Tan cierto es lo que asienta don Mariano, que en el año de 1920 se dio una nueva disposición gubernamental, en la que se incrementaba 10 centavos en los impuestos por cada botella de cerveza, situación que afectó de manera grave a la industria cervecera. Ante tal situación, el agente de la cervecería Cuauhtémoc, Manuel F. Palacio, cuestionó a los diputados aduciendo que se trataba de una medida injusta, y para tal situación envió a la prensa un desplegado dirigido a los diputados donde que exponía las razones para que esta medida no incluyera a la cerveza, argumentando que era una bebida nutritiva, y entre otros datos citaba  lo  siguiente: 

“Es un hecho de sobrado reconocimiento en todas partes, que la cerveza no está clasificada como bebida simplemente alcohólica, sino como bebida alimenticia y nutritiva, la pequeña cantidad de alcohol que en su misma elaboración desarrolla es solamente un componente indispensable, tanto para sus nutritivos efectos como para su perfecta conservación. Todos nosotros sabemos que no hay tónico mejor y bebida más sana, alimenticia y de cualidades tan especiales, y que operen tan admirablemente en el organismo humano como la buena cerveza". 

"¿Qué organismo puede ser más delicado que el de una mujer? Qué cuidados no requiere ésta en su alimentación durante las épocas más delicadas y a la vez más notables de su vida que son las de su maternidad, pues durante ese peligroso y delicado estado no hay alimento ni bebida que pueda tomar, inclusive la misma leche, que le aproveche tanto a su delicado organismo como la cerveza tomada en todas y cada una de sus comidas".

"Durante el periodo de la lactancia, cuando ella tiene que alimentar a su hijo con sus propios pechos, no hay tampoco alimento y bebida que le pruebe mejor, ni le produzca tanta abundancia como la cerveza. Por eso, todos los médicos recetan la cerveza a las señoras y  todas  sin excepción lo saben y la toman”.

Precios tentadores

Otro dato simpático quenos recuerda Don Mariano y que puede parecernos sorprendente, es que el personal de la extinta Cervecería Yucateca se agasajaba con jarros de cerveza todos los días, siendo esta  la única empresa hasta donde tengo conocimiento que permitía a sus trabajadores beber en horario de trabajo. 

A esto quiero agregarle que la dotación que se les daba a los empleados podía consumirse al momento de la comida o dejarla para otra ocasión, por lo  que muchos de los obreros no bebían sus cervezas al momento por diversas razones, es decir, ya fuera porque estaban “boxeados” del hígado, porque no se les antojaba, o porque las comercializarían entre sus compañeros a precios tentadores. 

Nuevamente felicidades a Don Mariano y esperando acompañarle en su siguiente periplo por las letras. Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean.

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