La obra más estúpida en la historia de Yucatán

En la carretera federal Mérida-Chetumal levantaron un camellón con jardín, pero ¿quién lo cuidará y regará?

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El que está sembrando ese infértil jardín, sin duda, se debe estar atiborrando las bolsas. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Antes de entrar en materia quiero señalar que en nuestra entrega de la semana pasada  de nuestra serie “Mérida, pasado y presente”, anotamos que la primera pavimentación de las arterias de la ciudad inició el 16 de septiembre de 1902 en la calle 59 por 58 con dirección oriente, y estuvo a cargo de la “NeuchatelAsphalte Co. Lmtd, siendo que este primer tramo comprendido sobre la misma arteria hasta la calle 52 se inauguró el 14 de marzo de 1903.

Interesante y muy valiosa la información que amablemente nos proporcionó el destacado promotor cultural y apreciado, Don Luis Alvarado Alonzo, a quien le agradezco su invaluable apoyo ya que ubicó un interesantísimo documento que confirma la fecha de inicio de la obra; sin embargo, marca que la dirección del arranque de dichos trabajos fue en la acera norte del parque “Hidalgo” (Cepeda Peraza), es decir, en la esquina de la calle 59 con 60. 

Con anterioridad, hicimos referencia que se realizaron tres tipos de pavimento: de asfalto, de ladrillo y de concreto, pero el citado documento apunta también que hubo pavimento de concreto sencillo y doble. 

Otro dato revelador que señala el documento hallado por Don Luis Alvarado, es que hasta el 31 de diciembre de 1906 se logró pavimentar la extraordinaria cantidad de 522 mil 490.65 m2 de calles, además de haberse manufacturado 203 mil 444.24 m2 de aceras. Finalmente, el valioso escrito no me incita por demás a ser suspicaz, ya que el constructor consentido o “afortunado” de aquel momento fue Andrés Barallobre, ya que tuvo participación en cada uno de los trabajos, logrando manufacturar la sorprendente cantidad de 478 mil 106 m2 entre calles y aceras.

Incongruente construcción

En tema aparte, quiero mencionar que he sido testigo de una de las obras más insensatas de la historia de nuestro estado, algo que me ha dejado estupefacto, atónito y un claro ejemplo de la estúpida manera de derrochar los valiosos e insuficientes recursos que posee la nación. Y lo plasmo en este tono ya que no puede causarme menos que coraje lo que a continuación narraré.

En el presente, el Gobierno Federal acertadamente está ampliando la carretera federal Mérida-Chetumal, la cual, técnicamente tendrá la supuesta categoría de autopista, siendo que es una obra necesaria ya que evitará sinnúmero de accidentes fatales, pero el problema es que al centro de los cuatro carriles, es decir, en la delimitante de ambos sentidos, en vez de construirle un muro de contención divisorio, que además de evitar posibles choques frontales e impedir que las luces del vehículo contrario te deslumbren (y sólo con la desventaja que impide que los animales silvestres crucen la artería, aunque para eso se cimientan pasos de fauna y secciones con de baja altura), levantaron un camellón con jardín. 

Así como lo lee: están construyendo un camellón central al que le están tendiendo miles y miles de metros cuadrados de jardín con una “capita” de tierra que sólo sirve para dos cosas. Imagínese, un jardín al que hay que darle mantenimiento continuo. Una indiscutible barbaridad.

El tiempo nos dio la razón ya que no podía suceder otra cosa tal y como lo vislumbramos meses atrás, pues seguramente mantendrían el césped hasta que les firmen de recibida la obra para luego dejar que la madre naturaleza haga su trabajoy gradualmente se seque si antes no es devorado por la maleza. 

Dudas

De acuerdo a los cálculos que hemos realizado, sólo con el zacate que se ha sembrado hasta el momento ya se pudieron haber plantado áreas verdes para más de 120 campos deportivos. Así como lo vislumbra. 

Y le pregunto al genio diseñador: ¿Quién regará ese pasto? ¿Quién lo cortará y cómo lo harán? ¿Cómo impedirán que la maleza lo engulla? Además, es tan estúpida esa obra que la única forma de regarlo es con pipas, mismas que tendrían que circular a baja velocidad, convirtiéndose, además, en un constante riesgo para los conductores. 

Me pregunto ¿quién sufragará los honorarios del contingente que se requiere para operar las pipas que se necesitan para el riego? Además, agréguele a la lista todo el combustible que se quemará y el mantenimiento de las unidades.

Imagínense si de Mérida a Tecoh ya está completamente muerto el pasto que se sembró hace sólo un par de meses, ¿qué sucederá con los otros cientos de kilómetros que faltan? Es un verdadero disparate. Además, en estas ampliaciones existen retornos en curvas y partes donde se achica la arteria, convirtiéndose en un peligro constante. 

Al respecto, no puedo menos que pensar que así como durante el Porfiriato hubo su constructor “preferido”, el que está sembrando ese infértil jardín, sin duda, se debe estar atiborrando las bolsas. 

Mi correo es [email protected] y twitter: @sergiogrosjean.

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