Interesante proyecto de la Escuela Modelo

Con 'La Semana de la Historia de Yucatán” los niños conocen pasajes y desarrollan el pensamiento crítico y creativo.

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'La Semana de la Historia de Yucatán' es un proyecto educativo de la Escuela Modelo para promover la enseñanza en niños. (SIPSE/Foto de contexto)
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Sergio Grosjean/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Muchos pensamos que una de las grandes carencias de la instrucción pública y privada en México y, específicamente en nuestro estado, es la atenta enseñanza de la historia de Yucatán.

A lo largo de las centurias siempre se ha expresado que el pasado siempre ha sido mejor que el presente y creo que, en muchos aspectos, es correcta la apreciación y sólo por citar un ejemplo, al referirnos a la enseñanza en la escuela primaria es razonable comentar que, por una u otra razón, hace décadas los niños concluían sus estudios de forma más completa e integral que ahora. Siendo más específicos, la formación de los infantes contemplaba a la materia de Historia como una de sus partes medulares a diferencia del presente.

Pero por fortuna, en la actualidad ya hay colegios que están considerando que este tema debe ser prioridad en la formación de los infantes, y uno de estos centros de enseñanza como lo es la primaria de la Escuela Modelo lanzó un interesante proyecto denominado “La Semana de la Historia de Yucatán”, en el que invita a los niños, no sólo a conocer  interesantes pasajes de nuestra maravillosa historia, sino que a través de ella se les seduce a desarrollar el pensamiento crítico y creativo, a analizar, reflexionar y cuestionar, para finalmente despertar en ellos la consciencia y la sensibilidad que los ayudará a desarrollar propuestas que los motivará a construir una sociedad ecuánime. 

El programa incluye, entre otras cosas, implantar nuevas estrategias pedagógicas, y una de ellas, llamada la “Semana de la Historia de Yucatán” lleva de la mano a los niños por un recorrido a través del tiempo recorriendo hechos y eventos que han dejado huella en la historia de Yucatán. 

En esta Segunda Semana de la Historia se aplicará una nueva manera de abordar la historia a través de la vida de varios aventureros, que de una u otra forma, habitaron en nuestras maravillosas tierras. 

Tal y como plantea la dirección de la Escuela, la propuesta contempla narrar las vivencias de estos hombres a tiempo que se describe el contexto en el que vivieron. Muchos podrían preguntarse a quién se le puede catalogar como aventurero, y a primera instancia  la respuesta podría ser que son individuos que se lanzan a “lo loco” a pasear, viajar o a  experimentar nuevas y desconocidas experiencias. Pero la realidad es otra, ya que como bien se plantea, un aventurero es una persona con ideales e inquietudes, curioso, lector, intrépido, valiente, arriesgado, conocedor, explorador e inspirador, cuya vida finalmente   trasciende más allá de su tiempo.

En lo personal, lo que resulta interesante del proyecto es que con el pretexto de conocer a estos aventureros, se explorarán pasajes de nuestra vasta historia, ya que implícitamente van de la mano los personajes con acontecimientos ocurridos en la época que vivieron.

La historia de Mayoli

Uno de estos actores es el ilustre Dr. Giovanni Francesco Mayoli, quien a pesar de su trascendencia en la historia de Yucatán, tristemente es poco conocido. El legado de este hombre -entre otras cosas- es un escrito que plasma diversos conocimientos médicos  que hoy la modernidad ha sepultado. Ricardo Osado, como se le conoció en Yucatán además de su sobrenombre “El Judío” debido a que en aquellos tiempos -siglo XVIII- así se les denominaba a los pocos forasteros que llegaban a Yucatán, fue un hombre que dejó su sello en esta región y por ello merece ser recordarlo.

Nacido en Roma, estudió y se doctoró en Derecho Canónigo, pero no transcurrió mucho tiempo para percatarse que su vocación era otra, por lo que decidió estudiar medicina y obtener su borla de médico en compañía de 18 de sus condiscípulos. Cuando tenía alrededor de 30 años arribó a Campeche donde vivió algunos años y de allá se trasladó a Mérida para atender a un distinguido paciente y, luego de ello, aumentó su fama como maravilloso médico.

Según nos narra un interesante documento escrito décadas después de su muerte, el hombre escuchó que Valladolid poseía un maravilloso clima y saludables aguas, por lo que decidió trasladarse allá para luego fincar su residencia definitiva. Luego de alrededor de tres años, -1713- se casó con doña Antonia Gutiérrez con quien tuvo un hijo que se llamó Gabriel. 

El Dr. Mayoli era un hombre abismalmente opuesto a gran parte de los médicos de cualquier época, ya que examinaba a sus pacientes con tal prolijidad y paciencia que más bien parecía un ministro de justicia que un galeno, y de allá que un amigo en alguna ocasión le preguntara por qué era tan estricto en la auscultación médica, por lo que el hombre simplemente contestó: “De esto depende mi crédito y la vida del paciente”. Continuará… Mi correo es [email protected] y twitter: @sergiogrosjean

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