Tres muertos más en cenotes

Otra causa que está incrementando los accidentes es la apertura de cenotes sin respetar las más elementales normas de seguridad.

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Los cenotes son para disfrutar, pero siempre con responsabilidad y cuidados. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- A lo largo de la historia, los cenotes han cobrado la vida de un número de personas hasta ahora indeterminado y no en balde, en el año de 1822, Melchor Álvarez, mariscal de campo del Ejército Imperial, mandó a publicar una orden que prohibía a los dueños de las casas o quintas que tuvieran estanques o cenotes permitir que la gente se bañara en ellos si tenían más de dos y medio pies de profundidad y, en caso de desobedecer la disposición, serían multados con 25 pesos que se aplicarían a las necesidades del Hospital  de Mérida.

Han transcurrido décadas de que se instaló es disposición que cayó en desuso, y solo ahora, en lo que va del mes de diciembre se han registrado tres tragedias en los cenotes de Yucatán. Tres muertes que, sin duda, de una u otra manera nunca debieron ocurrir porque son producto de la imprudencia. Por desgracia, estas muertes se suman a la larga lista de los últimos años y sin que hasta ahora la Dirección de Protección Civil reaccione.  

Conversando de la problemática de los accidentes en los cenotes con nuestro amigo Hugo Lizama, quien es guía de turistas con destacada experiencia, relató que en un sinnúmero de ocasiones los turistas piensan que es la única vez en su vida que visitarán un cenote por lo que quieren nadar libres para sentir en todo su esplendor la emoción, aunque su vida penda literalmente de un hilo, ya que la impresión les impide percatarse de las consecuencias.

Pero, en contraparte a esa sensación, me comentó algo muy cierto: es más agradable flotar en un cenote que nadar. Además, en caso de haber un calambre se elimina el riesgo de morir ahogado. También algo que no considera el común de los bañistas es que el agua dulce no ayuda a flotar, y de allá el mito de las fuertes corrientes que succionan a los bañistas. 

Zonas de riesgo

Otra causa que está incrementando los accidentes allí es la apertura de nuevos cenotes para el  turismo sin respetar las más elementales normas de seguridad. 

Al respecto, nuestro también amigo y experto en el mundo subterráneo del mayab, el maestro Carlos Evia, quien además de llevar metodológicamente un censo de las decesos en los cenotes que resulta sumamente útil por no decir básico para percatarnos de la dimensión del problema, es un experto espeleólogo que opina que no basta con instaurar infraestructura adecuada a los cenotes, sino que se debe ser elemental capacitar a los custodios de estos sitios, así como a los guías de los cenotes. Es imprescindible tener planos de las cuevas y cenotes para indicar las zonas de alto riesgo. El diagnóstico y establecimiento del recorrido turístico debe ser elaborado por especialistas y no guiados por el simple lucro. 

Al respecto de este comentario, con base a mi experiencia, muy pocos sitios poseen este beneficio y uno de ellos es el cenote de Ik´ kil que, además de poseer todos los servicios, en sus instalaciones presta atención gente capacitada no solo en primeros auxilios, sino que cuenta con varios salvavidas de probada experiencia, y eso es algo que se debe imitar, ya que es un caso atípico, siendo que debería ser una obligación en todos los paradores. Lo interesante es que con todo y sus buenas normas de seguridad existe un riesgo latente.

Chaleco obligado

Nuestro amigo y también colega José Ruiz, responsable del Atlas de los Cenotes de Yucatán, iniciado hace dos décadas por parte de la Seduma, opina algo muy cierto: es importante que trabajen de manera conjunta las autoridades federales, estatales y municipales en cuestión de señalética informativa y restrictiva en todos los sitios que están siendo usados con fines turísticos. 

Es importante que antes de abrir un sitio nuevo, las acciones sean supervisadas por la Dirección de Protección Civil del Gobierno del Estado con el fin de avalar las condiciones de uso en materia de seguridad. De la misma forma, es importante que la Secretaría de Fomento Turístico observe la organización de los grupos en cuanto al uso de chalecos y preparación de guías locales, así como la normatividad vigente y las disposiciones en cuanto al uso de los cenotes para actividades de buceo.

Finalmente, luego de consultar con estos y otros especialistas, consideramos que el chaleco salvavidas se debe utilizar por obligación, sepas nadar o no, ya que el tener normas de seguridad pero sin el uso obligatorio de este accesorio no garantiza la plena seguridad de los bañistas, y evidentemente evitaríamos la muerte por ahogamiento, que es el 99 por ciento de los casos de decesos en los cenotes de Yucatán. 

Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean.

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