Innovación y valor agregado

Los emprendedores Juan Lara Sulú y Carlos Briceño Puc han evolucionado en su empresa, siempre atentos a las necesidades del mercado.

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Juan Lara es uno de los dos fundadores de la empresa Zpazio, cuyo valor más importante es el cliente. (César González/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Desde los 17 años de edad identificaron una oportunidad de negocio en el área de comunicación, difusión y organización de eventos, y desde entonces Juan Lara Sulú y Carlos Briceño Puc comenzaron la primera etapa de la empresa Zpazio.

Al principio, la enfocaron en coordinar el desarrollo de eventos y, pasados los años, observando el mercado, evolucionaron a la mercadotecnia integral.

Actualmente trabajan con grandes marcas, corporativos, instituciones de salud privadas y en eventos de espectáculos nacionales e internacionales.

Para aportar a la profesionalización del tema de marketing digital ofrecen cursos y comparten su experiencia en foros con otros emprendedores. Próximamente abrirán un espacio formativo en social media para Pymes.

En representación de esta sociedad, Juan Lara cuenta su historia de empredimiento y las lecciones que ha aprendido en el negocio.

¿Cómo nació su negocio?

Desde los 17 años comencé a emprender, primero como dj, luego hice una sociedad con un tío, y fuimos proveedores de la Uady, luego trabajé con la empresa de espectáculos Glittergroove y hasta estuve en el proyecto de una revista de la Federación Estudiantil de Yucatán, pero no funcionó, incluso es la historia que compartí en el foro de FUN (Fuck up night),  ahí cuento por qué fracasó, aprendí mucho pero no funcionó.

A partir de esa revista, contacté a Francisco Cetina, del proyecto  Misión Admisión, que en ese tiempo contaba con la aceleración de 500 Startups en la Ciudad de Méxic,o y me invitaron a unirme como mercadólogo y me fui al DF durante tres meses.

Mientras eso sucedía, tenía en pausa la empresa que inicié con Carlos Briceño Puc cuando teníamos 17 años, Zpazzio, y organizábamos eventos y precisamente antes de irme él me propuso retomarlo.

Fue así como durante mi estancia en el DF me decidí, renuncié y regresé a Mérida a darle un segundo aire a la empresa, de organización de eventos nos convertimos en una agencia de medios, pasamos a marketing digital hasta que evolucionamos a mercadotecnia integral.

Tras ese tiempo de stand by ¿Cómo fue el proceso para redefinir el enfoque de la empresa que habían fundado?

Cuando la retomamos, queríamos hacer una agencia de mercadotecnia digital exclusiva, que trabajara con aquellos que realmente querían invertir. Había muchas agencias, con tantas formas de trabajo que inició una guerra de precios, no tanto de calidad.

Para esto el primer fundamento que pusimos fue que no íbamos a ser una empresa genérica, sin valor agregado, por eso no quisimos bajar costos, porque nuestro objetivo es que los negocios vieran sus resultados y se convenzan que no es un gasto sino una inversión. Haber estado en 500 Startups me dio acceso a capacitación de alto nivel y luego me certifiqué en Google Analytics, eso me ayudó a ampliar mi visión. 

¿Cuál consideras que es su ventaja competitiva?

Nos caracteriza la innovación; Carlos y yo tenemos experiencias en varias industrias y para el tema creativo tenemos una buena sinergia y hemos propuesto proyectos que han gustado mucho a los clientes, entendiendo y escuchando cuáles son sus necesidades.

Todo el tiempo estamos comprendiendo el mercado, con tiempo nos fuimos formando como una agencia de mercadotecnia integral, porque nos percatamos que muchas empresas no tienen definidos temas corporativos como la misión, la visión, en este sentido atendemos cuestiones de comunicación interna y externa. 

Actualmente estamos en proceso de crecimiento con jóvenes recién egresados, porque creemos que una empresa que brinda las oportunidades y las herramientas será un lugar en el que te sientas orgulloso de trabajar.

¿Cómo resolvieron el tema del financiamiento?

Con dinero propio y apoyo de las familias. El papá de Carlos nos ayudó para tener una oficina, aunque por el tipo de trabajo que hacemos podemos atender a los clientes de manera virtual.

Además hicimos alianzas estratégicas con una importante empresa como Glittergroove, para los eventos musicales con artistas nacionales e internacionales, y por otro lado manejamos inmobiliarias, centros de salud privados. 

¿Cómo fue su proceso de introducción al mercado yucateco?

El mercado yucateco es complicado, hasta que te paguen las cantidades que vale el trabajo, pero todo tiempo es bueno cuando sabes trabajar, incluso en la crisis hay oportunidades, los grandes empresarios han constatado que dejar de invertir en publicidad en tiempos difíciles es contraproducente.

Al principio tenía miedo y Carlos fue quien se aventó el tema de presentar los precios a los clientes, afortundamente a pesar de mi escepticismo fueron aceptando, y están satisfechos por nuestro trabajo. 

¿El factor joven influyó? 

Pero positivamente, cualquier emprendedor tiene que trabajar mucho en aprender, ahora con el internet ni siquiera tienes que ir a una escuela, y en algunos casos ni pagar los cursos, hay mucho conocimiento gratuito. En nuestro caso hemos usado esa posibilidad y además pagamos capacitación.

También es recomendable manejar tu personal branding (marcar personal) demostrando que son personas interesadas en su formación, eso ayuda.
Además Carlos y yo también capacitamos a nuestros elementos.

¿Cuáles son las lecciones más importantes que han aprendido en su proceso?

Un maestro nos decía que el precio no es una objeción cuando la calidad del producto lo vale, esto nos motiva a hacer bien nuestro trabajo. Otra lección es dejar los miedos a un lado, iniciar un proceso de emprendimiento da temor y más cuando cambias un trabajo con sueldo fijo, pero las satisfacciones por lograr objetivos para un proyecto propio es invaluable.

Que es posible educar al mercado, con un trabajo bien hecho, porque aprenden a que exijan calidad por su dinero. Un consejo: hay que aventarse, pero no a lo ciego, la vida de empredendor no es fácil, deben estar dispuestos a tener una disciplina propia, a capacitarse, ser tu propio jefe no es para darte permisos para cuando no quieras trabajar, sino para ser el ejemplo para tu equipo.

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