En riesgo, identidad y lenguaje de los mayas

Los jóvenes sufren la adaptación a contextos urbanos, emigrando para trabajar en la Riviera Maya o la capital del estado.

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Urgen a hacer conciencia contra la discriminación a jóvenes mayas. (Notimex)
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Agencias
VALLADOLID, Yucatán.- Lázaro Hilario Tuz Chi, investigador de la Universidad de Oriente (UNO), alertó sobre la pérdida de identidad de jóvenes mayas que emigran, y al volver a sus sitios de origen traen consigo problemas como drogadicción, cambio de hábitos alimenticios y, en el caso de las mujeres, rechazo de su propia comunidad.

En el marco de la I Semana de los Derechos Humanos que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (CODHEY) y la UNO realizan aquí como parte de la conmemoración del "Día Internacional de las Lenguas Maternas", el académico presentó los resultados de una investigación cualitativa que revela la situación que enfrentan los jóvenes mayas de la zona oriente de la entidad.

Explicó que en las comisarías marginadas y con mayores índices de pobreza de este municipio del oriente yucateco, adolescentes de entre 13 y 25 años que no terminan el nivel básico educativo, optan por salir a trabajar como ayudantes de albañil o de jardineros en la Riviera Maya o en la ciudad de Mérida.

En el caso de las mujeres, buscan casas de Mérida para trabajar como empleadas domésticas o encargarse del cuidado de niños, según publica Notimex.

"Vemos a chicos comiendo sopas instantáneas y buscando alimentos como pizzas"

Tuz Chi dijo que al salir de sus comunidades, los jóvenes sufren la adaptación al entorno urbano, empezando por el uso de la lengua maya pues les prohíben hablarla con sus jefes o patrones, aunque la mantienen en sus pequeños grupos de trabajo.

Detalló que las mujeres, además de la discriminación por el uso de la lengua, son discriminadas al regresar a sus comunidades porque son consideradas "niñas callejeras", porque en el momento de que salen de sus casas se vulnera su integridad al estar lejos del cuidado de la familia.

El investigador precisó que al retornar a sus lugares de origen, los jóvenes traen costumbres de las zonas urbanas que procuran mantener, por lo que buscan desde alcohol, drogas y alimentos que consumían en otro lugar.

"Vemos a chicos comiendo sopas instantáneas y buscando alimentos como pizzas, y hay una necesidad de satisfacer esta demanda en comunidades mayas que hasta hace 10 años eran totalmente ajenas a estas costumbres", precisó.

Esto, de acuerdo con Tuz Chi, ha ocasionado que se modifique el enfoque cultural y de identidad de los jóvenes mayas, además de que se trastocan las relaciones familiares ya que por el consumo de alcohol y drogas las familias se vuelven vulnerables.

"Cuando regresan a sus comunidades procuran mantener la lengua, pero también mezclada entre lengua maya, español e inglés. Se identifican con grupos pandilleriles y se denotan con los nombres de las bandas o pandillas de las ciudades donde han estado", puntualizó.

El investigador dijo que estos factores hacen que se pierda la identidad de los jóvenes, pues donde acuden a trabajar no pueden ser mayas como en sus pueblos y al regresar a sus pueblos enfrentan discriminación por las nuevas costumbres adaptadas.

Y en el caso de las mujeres, en muchas ocasiones, prefieren no regresar a sus comunidades porque son rechazadas, y buscan relaciones de noviazgo en sus centros de trabajo, porque en sus lugares de origen son consideradas "chicas de la calle" ya que perdieron el cuidado y protección de sus familiares.

Ante este panorama, el investigador abundó, citado en un informe de la Codhey, que a pesar de que este es un problema que afecta a un alto porcentaje de los jóvenes, aún no se ha identificado como tal para su atención y tampoco se tienen cifras que cuantifiquen su magnitud.

"Estamos procurando que los jóvenes mayas de la universidad, que conocen los problemas de primera mano intervengan, no somos intermediarios sino actores directos que vivimos estas situaciones en la comunidad, y lo que buscamos es desarrollar estrategias para atenderlos desde adentro", remarcó.

En primera instancia, dijo que será muy difícil traer un programa de fuera para tratar de atender este problema, por lo que se debe empezar a trabajar desde adentro, en las comunidades para hacer conciencia y evitar el rechazo y discriminación a los jóvenes mayas.

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