Yucatán no se salva de la tos ferina a pesar de vacuna

En la última semana epidemiológica, del 2 al 8 de junio, se detectó seis nuevos casos

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La vacuna ha demostrado su eficacia a nivel mundial desde hace varias décadas. (Archivo/Sipse)
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José Salazar/Mérida
A pesar de que la tos ferina es una enfermedad prevenible por vacunación, lejos de erradicarse sigue impactando en la salud de los yucatecos y a la fecha se han registrado 16 casos (siete en hombres y nueve en mujeres), de acuerdo al reporte más reciente de la Secretaría de Salud.

Llama la atención que en la última semana epidemiológica (del 2 al 8 de junio) se detectó seis casos nuevos de la enfermedad infecciosa, considerada la quinta causa de muerte en menores de cinco años de edad.

El año pasado al mismo corte, el registro era de ocho personas con el padecimiento. Al finalizar 2018, el acumulado fue de 24 casos (11 hombres y 13 mujeres).

La tos ferina se caracteriza por los constantes espasmos acompañados de una intensa tos ruidosa.

Los bebés se encuentran protegidos contra esta enfermedad durante los primeros seis meses de vida al recibir durante este tiempo, la vacuna pentavalente (DPT), en una aplicación inicial a los dos meses y dos refuerzos a los cuatro y seis meses de edad.

Después, se recibe un refuerzo más a los 18 meses y un último, a los cuatro años de edad.

La vacuna ha demostrado su eficacia a nivel mundial desde hace varias décadas, sin embargo siguen existiendo personas afectadas porque la bacteria causante de la afección (bordetella pertusis) no ha sido erradicada.

Bacteria

En esta enfermedad, las toxinas de la bacteria atacan al sistema respiratorio y provocan que se acumulen muchas secreciones en los pulmones, lo que deriva en ataques muy fuertes de tos, estridor (sonido agudo que se produce en la inspiración) cuando la persona trata de tomar aire y hasta falta de oxígeno.

La tos ferina se adquiere cuando se tiene contacto con secreciones de las vías respiratorias de una persona infectada; aproximadamente entre una y dos semanas después se presentan síntomas de un resfriado común como secreción nasal, fiebre y tos ocasional que poco a poco se vuelve más severa.

Esta tos es muy fuerte, genera dificultad para respirar después de un ataque de tos con un silbido característico.

Estos ataques de tos ocurren con mayor frecuencia durante la noche y dificultan actividades como comer o beber y pueden durar hasta 10 semanas.

El tratamiento de la tos ferina habitualmente consiste en la administración de antibióticos y en muchas ocasiones es necesaria la administración de líquidos por vía intravenosa cuando los ataques de tos son severos.

Los bebés son los que tienen un mayor riesgo de muerte y complicaciones debido a que la respiración puede detenerse temporalmente durante los ataques de tos.

La tos ferina se previene por medio de la vacunación pentavalente acelular gratuita en el sistema público de salud, que además protege contra difteria, tétanos, poliomelitis e influenza tipo B. Se administran 4 dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses.

 

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