'Engorda' la cifra de adictos a la comida

Ven “común” que los yucatecos coman en exceso calorías y carbohidratos.

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Comer compulsivamente es uno de los trastornos de la conducta alimentaria y una enfermedad crónica, la cual está relacionada con la depresión, miedos y fobias. (SIPSE)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- ¿Come cuando no se tiene hambre? ¿Se da atracones de comida sin razón aparente? ¿Dedica usted demasiado tiempo y atención a la comida?, son algunas de las preguntas del autodiagnóstico de un comedor compulsivo, una adicción que cada vez más personas padecen, pero que se niegan a aceptar, ya que es tomado como algo “normal”.

Actualmente, en Mérida existen dos grupos de Comedores Compulsivos Anónimos (CCA), pertenecientes a Overeaters Anonymus (OA) México, donde se atiende a alrededor de 25 personas, a las cuales se les brinda apoyo para salir de esta problemática que les ha afectado de diferente forma en la vida, al igual que se hace con los adictos al alcohol o a las drogas.

En esta comunidad el propósito es que la gente deje de comer en exceso compulsivamente, para lo cual se les proporcionan herramientas para enfrentar a la comida, la cual pueden encontrar en cualquier parte, por lo que quienes padecen este problema reciben fraternidad, apoyo y comprensión.

Maggi, una de las representantes del grupo “Sólo por hoy” de Comedores Compulsivos Anónimos, ubicado en la avenida Felipe Carrillo Puerto, explicó que el programa llegó a Mérida hace 15 años; sin embargo, ha sido difícil que las personas acepten que tienen una compulsión a comer, sobre todo porque en Yucatán es “aceptado” por la sociedad el comer en exceso calorías y carbohidratos.

Asimismo, dijo que no hay que olvidar que a nivel mundial México ocupa el segundo lugar de obesidad, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en el país, Yucatán se ubica en los primeros lugares en todos los rangos de edad.

En este sentido, cifras de la Secretaría de Salud del Estado (SSE) reportan que se ocupa el primer lugar nacional en sobrepeso y obesidad en la población de cinco a 11 años, con una prevalencia del 36.3 por ciento.
Así como el quinto lugar en adolescentes de 12 a 19 años, con una prevalencia del 38.2 por ciento; en cuanto a la población adulta, Yucatán figura en cuarto lugar, con una prevalencia del 74.4 por ciento.

“Vemos las cifras y no todos los casos de obesidad son por predisposición genética; se vuelve indiscutible que el comer en exceso es algo cultural, en donde se refleja el afecto con comida; si te sientes mal te dicen come un poquito de dulce, para que te sientas mejor; si te asustas, te traen un vaso con agua; si estás triste, te dan un pastelito cuando te deberían ofrecer escucharte, apoyarte”, explicó.

Otros trastornos alimenticios que se abordan son la bulimia y la anorexia, patologías que presentan personas con un serio problema, ya que ocupan mucho tiempo para pensar en qué comerán o qué no pueden ingerir.

“Hay personas que tienen etapas de bulimia combinadas con anorexia, ya que en temporadas comen mucho, los atracones, y luego devuelven todo, y en otras temporadas no comen”, comentó.

También hay personas que comen mucho, pero lo compensan con un ejercicio extremo, al grado de lesionarse.

“En comedores compulsivos acuden todas las personas que no tienen una sana relación con los alimentos”, apuntó.

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