El cementerio submarino

Es considerado el panteón más raro y extravagante del mundo, pues está localizado en el fondo del océano Atlántico, frente a las costas de Miami.

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Este cementerio submarino es considerado único en el mundo. (Especial)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Siempre les presentamos en esta sección relatos e investigaciones realizadas en los panteones principalmente del estado de Yucatán, pero en esta ocasión más allá de las apariciones de fantasmas, les hablaré de un cementerio que podría considerarse como “insólito” y único en todo el mundo…

De hecho, es conocido como el cementerio más raro y extravagante del mundo, pues está localizado en el fondo del océano Atlántico, frente a las costas de Miami, con un cierto parecido a la Atlántida, la legendaria ciudad perdida; su nombre es “Arrecife Conmemorativo Neptuno”.

Según sus promotores es “una maravilla del diseño y de la ingeniería”, tanto que si uno buceara en esas aguas se encontraría con una aparente ruina arqueológica. A la entrada tiene dos enormes puertas metálicas de más de 3 metros de alto con formas de alas de mariposa, y a los lados hay dos leones de piedra cuidando la entrada.

Una vez adentro encontrarás enormes columnas como si fuera lo que quedaran de una civilización poderosa como lo fue Grecia. Se pueden ver arcos, bancas, pasajes, glorietas y calles de concreto todo en el fondo del mar, aunque sólo lleve dos años en el agua.

Esta es una Atlántida para los muertos. En Neptuno sólo hay lápidas en forma de conchas marinas y sepulcros con apariencia de columnas dóricas. Ahí están las cenizas de los difuntos amantes del mar y forma parte del arrecife artificial más grande del mundo: dos mil toneladas de estructuras de concreto en un área de casi 65 mil metros cuadrados.

Este lugar nació de las mentes de dos grandes amantes del mar: el empresario Gary Levine y el escultor Bert Kilbride, quienes en julio de 2003 idearon construir un arrecife artificial que serviría como monumento para difuntos, parque temático para buzos, refugio ecológico para peces y corales, así como una expresión del arte. El encargado del diseño fue Bert, quien creó un estilo que no era griego, romano ni de cultura conocida. Lo llamaron Proyecto Arrecife Atlantis.

Sin embargo, la construcción pudo comenzar hasta enero de 2007, y ya muchas cenizas se han ido depositando en este arrecife artificial, muchas de ellas han sido mezcladas con el cemento para fundar las estructuras. El precio de un nicho cuesta entre los mil 500 y los 6 mil dólares.

Este cementerio, sin duda alguna, es toda una excentricidad y, por si fuera poco, también se habla de relatos de fantasmas en su interior, o al menos así lo asegura Marc Lineker, quien enterró (o sumergió) a su padre en ese sitio en 2011 y cada seis meses acude a visitarlo (él es un experimentado buzo, al igual que su progenitor cuando vivía).

“A principios de 2014 acudí a ver a mi padre y pude ver a un buzo cerca de su tumba, era su silueta estoy seguro pues por más de una década buceamos juntos y lo reconocería casi con los ojos cerrados; momentos después este desapareció lo cual es imposible, por eso no tengo la menor duda de que es él quien a lo mejor se manifestó para darme un mensaje; a las personas a quienes se lo platico no lo creen, piensan que se trataba de otro buzo, pero no había nadie más ahí”.

Para finalizar, Lineker afirma que no existe un mejor sitio en donde pudieran estar sus restos, ya que su padre siempre amó el buceo y qué mejor homenaje que enterrarlo ahí.

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