Brujos profanan el panteón de Cuzamá
Un monstruo devorador de cadáveres y una misteriosa mujer que desaparece en el aire, son algunos de los misterios del cementerio de esa población.
Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Recientemente, pobladores del municipio de Cuzamá me platicaron sobre los casos paranormales y extraños que han ocurrido en el cementerio de la comunidad y sus comisarías. Este poblado está a casi una hora de Mérida y destaca por sus atractivos turísticos, sobre todo por los recorridos en “truck” por cada uno de sus bellos cenotes.
El panteón se ubica casi a la entrada del pueblo, colindando con la comisaría de Nohchakán. Es pequeño y de acuerdo con lo que me platicaron, a principios del siglo pasado llamó la atención la llegada de unos profanadores de tumbas.
Pero estos profanadores eran peculiares, ya que no se robaban los artículos de oro o joyas con las que algunas personas acostumbraban a enterrar a sus difuntos, sino que se llevaban el cuerpo completo.
Lo extraordinario del caso fue que, tras empezar a vigilar este sitio, las autoridades descubrieron la llegada de un enorme pájaro que “aterrizaba” justo en el interior de este sitio y se transformaba en humano, para que, en cuestión de minutos, y con una fuerza sobrenatural abriera las tumbas para devorar parte de los cuerpos y llevarse todo lo demás.
Las personas que lo vieron afirmaronn que quedaban como hipnotizadas o paralizadas, y no podían ni siquiera huir ante lo que pasaba; de hecho, en al menos un par de ocasiones esto ocurrió en plena luz del día, antes de que oscureciera y como es de suponer, el terror de la población se generalizó.
Se cuenta que al menos fueron cinco las tumbas profanadas, y después de un mes, este brujo alado desapareció y para fortuna del pueblo ya nunca más fue visto en Cuzamá, aunque hay quienes afirman que tiempo después los reportes de las profanaciones empezaron a ocurrir en los municipios cercanos de Huhí y Sotuta.
"Huay pek" de Samahil
Por cierto, el año pasado publicamos un caso parecido, el cual ocurrió en el municipio de Samahil en el año 2006, en donde policías balearon a un “huay pek” profanador de tumbas.
En esta misma sección, publicamos todos los detalles, así como entrevistas con los testigos y fotos en el lugar de los hechos, ya que en aquel entonces tuve oportunidad de ir personalmente a Samahil a cubrir ese insólito suceso.
Continuando con los casos que ocurren en el cementerio de Cuzamá, también me reportaron que hace unos 30 años veían a una señora de negro entrar con frecuencia al panteón. Como se veía “de carne y hueso” a nadie se le hizo extraño, pues pensaban que iba a llorar a un difunto.
Sin embargo, como esto ocurría casi a diario, de pronto todo el pueblo empezó a preguntarse quién sería esa señora, pues muchos la habían visto (siempre con la misma ropa) y nadie lograba identificarla.
Un día, una persona que laboraba en el ayuntamiento, pasó por esa carretera, rumbo a Acanceh y vio a la señora entrar al cementerio; intrigado, decidido a acabar de una vez con el misterio de la identidad de la visitante, bajó de su camioneta y entró al panteón.
Para su sorpresa, ésta ya no estaba por ningún lado, rápidamente recorrió el pequeño pasillo, volteó a ver por ambos lados y nada; el cemeterio era muy pequeño y no había forma de que esa mujer se hubiera escondido, además de que eran casi las siete de la mañana y por lo tanto había claridad suficiente.
En ese instante, el funcionario sintió un viento muy fuerte en el panteón, como si un remolino hubiera entrado, ante esto, prefirió irse e inmediato; cuando lo contó, le dijeron que se trataba del mal aire y que esa mujer seguramente era el demonio o un brujo en forma femenina que entraba al cementerio para hacer sus hechizos.