La sorpresiva muerte de 'La mujer loba'

Jorge Moreno narra a detalle su entrevista y la increíble transformación que Josefina Alcocer Mujica tuvo ante él antes de morir.

|
Portadas de la revista Misterios con la cobertura que se le dio hace ya una década al caso de “La Mujer Loba”. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El martes pasado hablamos del caso más sonado en la historia de Yucatán con relación a los seres del mayab, me refiero al huay peek conocido como “La Mujer Loba” que asoló a principios de 2004 varios municipios de Yucatán.

Hoy daré continuidad al increíble encuentro que tuve con esta hechicera en aquel febrero de 2004, que fue prácticamente casual y aún recuerdo como si hubiera sido ayer. Mientras me encontraba en el municipio de Kopomá investigando las apariciones, una noche antes, de este ser misterioso.

Inocente mensajero

Estando en la plaza principal de la población se acercó un niño de aproximadamente 10 años de edad y me preguntó que si era reportero, le respondí afirmativamente y me dijo que su mamá y su madrina tenían un caso para darme y preguntó que si lo podía acompañar a su domicilio.

Le dije que sí y fui con él hasta su humilde casa, apenas entré fue cerrada la puerta y asegurada con trancas –las luces estaban apagadas y estaba semioscuro, a pesar de que era no pasaba del mediodía- y se me aproximó una señora mestiza de aproximadamente 50 años, quien me dijo que su comadre quería hablar con alguien de la prensa, ya que tenía un problema muy serio y necesitaba ayuda.

Pensé entonces que necesitaba algún apoyo de carácter social, posiblemente medicinas o algo por el estilo, pero antes de que pudiera decir que yo cubría casos paranormales y no de otras causas, la señora, que era más o menos de la misma edad que la primera, me dijo que ella era de Hecelchakán, Campeche, que era hechicera “buena” y tenía el don de transformarse en huay peek, pero que por una extraña enfermedad, de pronto se convertía sin darse cuenta y al hacerlo ya no tenía plena conciencia de sus actos.

Contó que viajó a Yucatán con el objetivo de ir hasta Conkal y hablar con una persona (algo así como su maestro) para que la curara, pero antes había pasó a visitar a su comadre en Kopomá (en la casa donde estábamos), y esa noche sufrió una transformación involuntaria, como consecuencia fue vista por al menos dos personas que corrieron la voz, aunado a que devoró a tres gallinas de patio. Fuera de sí, huyó por el monte y llegó hasta Umán, y de ahí a Texán Palomeque, desatándose el pánico por estos municipios, ya que también fue vista por varias personas y la información corrió como reguero de pólvora.

También por las exageraciones y chismes que suele haber en este tipo de casos.

El objetivo de hablar conmigo (en realidad estaban buscando a cualquier reportero; aunque tuve la fortuna de estar en el lugar y momento indicado) era para que se diera a conocer que ya se iba a su natal Hecelchakán, pero temía por su vida, pues se había enterado que estaban haciendo batidas para cazarla y pensaba que si a medio camino se convertía involuntariamente podrían asesinarla.

Prueba convincente

Créanme que yo fui el primer escéptico al escuchar su historia, quizás notó en mi rostro la incredulidad y por tal motivo me dijo que me daría una prueba para demostrarme que me decía la verdad y que ella era la mujer loba:

Antes que terminara de decirme esa frase, su brazo ya se había convertido en una especie de pata de perro, totalmente peluda, con pezuñas incluidas y de color entre blanco y grisáceo. Mis ojos no daban crédito a lo que veían y hasta pensé que quizás me habían drogado (momentos antes me obsequiaron un vaso de agua) y yo estaba viendo visiones, pero esto no fue así…

Decidí ayudarla y publicar su aviso en la revista “Misterios”, quizás en su momento sonó demasiado insólito para ser real, pero lo cierto es que a partir de ese momento ya nunca más se dio ni una sola aparición de “La Mujer Loba”, confirmándose de era real el hecho de que ya se iba del estado hacia su natal Campeche.

De hecho, me mostró su credencial de elector, en donde se identificaba como Josefina Alcocer Mujica, con domicilio en Hecelchakán, Campeche.

Un infarto acabó con su vida

Transcurrieron casi cuatro meses y de pronto recibí una carta de esa ciudad campechana, donde me informaban que doña Josefina Alcocer Mujica había muerto; la carta estaba firmada por el hijo de la señora Mario Cebreros Alcocer, quien mencionó que el 31 de mayo de ese año sufrió un infarto, el cual acabó con su vida al día siguiente.

La señora había ido a visitar a sus tíos San Mateo, Veracruz, y ahí sufrió el problema cardiaco; su hijo mencionó que su madre no se sentía enferma cuando ocurrió la tragedia, y que incluso había medio bromeado un día antes al relatarles a sus parientes su odisea por Yucatán a inicios de año.

En sus últimos meses de vida casi ya no atendía personas ni ejercía la brujería, pues estaba “escarmentada” por lo que le ocurrió y tampoco tenía necesidad económica; lo que sí recordó su hijo es que desde hacía muchos años que padecía del corazón y eso fue la causa de su muerte.

Como anécdota, menciona su hijo que a raíz de lo ocurrido en Yucatán, sus amigos cercanos y familiares le decían “Doña Loba”, ya que así bautizaron el caso en los medios de comunicación locales “La Mujer Loba”, aunque ella siempre decía que no le gustaba eso de la mujer loba o la mujer perro, que prefería “Doña Loba”.

Han transcurrido ya diez años desde que realicé esa insólita entrevista y creo que en todo este tiempo en que me he dedicado de tiempo completo a la investigación paranormal, es a la que mayor valor le doy, por el impacto que alcanzó y sobre todo porque pude ver con mis propios ojos la breve transformación en su brazo y confirmar que es real todo lo que se habla sobre los “huayes”.

Lo más leído

skeleton





skeleton