Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Al igual que en años pasados, los reportes de apariciones de la Virgen de Guadalupe en Yucatán han llegado de forma casi puntual. Y es que hace 15 días, en Tizimín llegó la noticia de que la Morenita del Tepeyac plasmó su silueta en un árbol de aguacate, hecho que fue descubierto por la señora Deymi Pacheco Pech.

Desde hace ya más de dos décadas, en los primeros días de noviembre es cuando empiezan a darse los casos de apariciones marianas en Mérida y varios municipios de todo el estado, los cuales se van intensificando conforme se acerca el 12 de diciembre, día en que se conmemora a la Virgen, tanto en México como en otras partes del mundo.

Y si bien, es cierto, la polémica siempre ha rodeado estos casos (pues los escépticos afirman que se trata de teleplastias o casualidades), lo real es que muchísima gente cree en estas apariciones y hace ofrendas de flores, velas, dinero, regalos o bien sólo visitan los sitios en donde ocurre el “milagro”.

En las próximas semanas les estaremos informando sobre los casos que vayan surgiendo, así como las fotos; al final, usted, amigo lector, es quien tiene la última palabra, sobre si cree que es una “señal divina” o una simple casualidad.

En lo que respecta al caso de hace unos días en Tizimín, la señora Deymi, quien trabaja en un puesto de mariscos, señaló que en la mañana fue como todos los días a su negocio y de pronto miró hacia el tronco de un árbol que esta muy cerca de donde ella pasa, y notó que se veía claramente la silueta de la virgen.

A partir de que se corrió la voz, las personas comenzaron a llevar flores, velas y a hacer rezos pidiendo por algún enfermo u otro favor a la Virgen.

Reporte en Oxcum, Umán

El año pasado, el primer reporte de 2013 fue en la comisaría umanense de Oxcum, y la aparición también fue en un árbol ubicado en una casa particular.

En los últimos 11 años me han reportado poco más de 200 apariciones guadalupanas, las cuales se han plasmado en árboles, paredes, ventanas, pisos, sillas, tinacos, láminas y todo tipo de objetos y superficies en casas particulares, sitios públicos o en negocios de Mérida y otros 51 municipios de Yucatán.

Debo reconocer que al observar algunas de estas apariciones se necesita de mucha “imaginación” para lograr detectar la silueta de la Virgen, por lo que se podría calificar de simple sugestión; pero en otros casos, el parecido es impresionante.

De hecho, resulta curioso que cuando me reportan una silueta de un fantasma plasmado en una pared o en una foto, muchas personas son escépticas, pero cuando la gente escucha que “apareció la Virgen” en equis sitio, desde antes de ir a corroborarlo ya están comprando veladoras, preparando flores y llevando rosarios para venerar a la guadalupana, aunque esto en gran medida se debe al fervor religioso de las personas.

Cabe destacar que estas apariciones no sólo se dan en Yucatán, ya que en otros estados del país, e incluso en Estados Unidos y en naciones en donde se venera a la Virgen, también se han reportado estos casos, aunque muchos de éstos se presta, al fraude, ya que hasta son subastados, como ocurrió hace varios años en una ciudad del vecino país del norte, donde una imagen de la Virgen que apareció en el marco de un cuadro fue vendida en varios miles de dólares.

Las apariciones en el Tepeyac

De acuerdo con la tradición católica, la mañana del sábado 9 de diciembre de 1531 ocurrió la primera aparición de la Virgen a Juan Diego en los alrededores de la antigua Tenochtitlán. Este tenía 53 años cuando tuvo la aparición milagrosa que daría inicio a la adoración de la Virgen de Guadalupe en México. 

El sábado 9 de diciembre de 1531, Juan Diego se encaminaba hacia ahí y al pasar por el cerro del Tepeyac oyó un canto y cuando miró arriba vio un sol resplandeciente y en medio a una señora en actitud de oración (1a. aparición), él fue a saludarla y ella le dijo que era su deseo que le labrase un templo en ese llano y le encomendó también que le comunicara ese deseo al señor obispo.

El obispo no lo tomó en serio y le pidió que volviese otra vez al lugar a ver si sus ojos no lo habían traicionado. Regresó desconsolado Juan Diego y la Santísima Virgen se le apareció otra vez (2a. aparición) para decirle que volviera el domingo a ver al señor obispo. 

Así lo hizo Juan Diego, pero el clérigo le pidió una señal comprobatoria de la voluntad de la Virgen. La señora se le apareció de nuevo (3a. aparición) y le pidió que volviera al día siguiente.

Iba por ahí, ese día 12 de diciembre, cuando al pasar de nuevo por el Tepeyac se le volvió a parecer la Virgen (4a. aparición) y le preguntó qué le pasaba. El le contó lo de la enfermedad de su tío y ella le dijo que no se preocupara porque su tío ya estaba sano, después le pidió que subiera al cerro a recoger unas flores.

Rosas de Castilla

Fue Juan Diego y, en efecto, encontró muy bellas rosas de las que no era temporada y que nunca se habían dado allí, porque eran rosas de Castilla. Ya con ellas en su ayate, la Virgen le dijo que las llevara donde el señor obispo pero que no desplegase su ayate ni lo mostrara a nadie más. Así lo hizo Juan Diego.

Después de conseguir entrar en el obispado, le dijo a Zumárraga, el obispo, que ahí le llevaba la prueba que le había pedido. En ese momento soltó su ayate y apareció en él pintada la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Poco tiempo después inició la construcción del primer templo dedicado a la Virgen, en el barrio hoy conocido como La Villa. Juan Diego ha sido elevado a santo por la iglesia católica (en 2002).