Paseo familiar con final de infarto

Elvira Mena se llevó un susto de muerte cuando al regresar de Xcambó vio que atravesó la carretera a Baca una niña que resultó ser un fantasma.

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Entrada de la exhacienda de San Isidro Kuxub. A unos metros de aquí vio la familia el fantasma de la pequeña cruzando la carretera. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En días pasados recibí el reporte de una familia de Mérida que retornaba a su domicilio tras un viaje a la zona arqueológica de Xcambó, ubicada en el municipio de Dzemul, y que tuvo un final de “infarto” tal y como lo describieron.

“Fuimos a pasear por el puente (vacacional) el domingo pasado a Xcambó, acudimos por la carretera a Motul, de ahí a Telchac Pueblo y llegamos; de regreso, a eso de las seis de la tarde, nos medio perdimos y agarramos otra carretera, la cual, según nos dijeron unos lugareños nos conduciría al municipio de Baca y de ahí a Mérida”, dijo doña Elvira Mena, quien viajaba en el vehículo con su esposo y sus tres hijos, los cuales tienen 16, 12 y 9 años de edad.

“De pronto, vimos que una niña cruzó intempestivamente la carretera, mi marido iba despacio y con precaución, así que la vio a tiempo sin ocasionar un accidente; estábamos a punto de comentar la imprudencia de la mamá de la pequeña, la cual no la estaba cuidando cuando de pronto, la vimos de nuevo parada a un costado (de la carretera).

“Esto no podía ser posible porque ya habíamos avanzado unos 200 metros y lógicamente era imposible que corriera más rápido que el auto; para nuestra sorpresa la pequeña estaba como levitando, pues sus pies no tocaban el piso”, dijo.

Cuestionada sobre lo que hicieron en ese momento, ella dijo que no pudo evitar pegar un grito y persignarse al mismo tiempo: “nos dio mucho terror, lo vieron mi marido y dos de mis tres hijos, ya que el otro estaba durmiendo; qué bueno que ellos lo vieron también sino yo misma iba a pensar que estaba quedando loca".

La familia contactó conmigo para preguntar el motivo de la aparición y buscar la forma de ayudar a esa alma en pena: “no éramos de creer mucho, pero lo que vimos, estamos seguros que es un fantasma, no era una niña de este mundo, casi me da un infarto verla y creo no soportaría verla de nuevo, pero si me gustaría que la ayuden a descansar en paz o averiguen quién fue”, finalizó.

Caso conocido

Cabe destacar que por la dirección que me dio, la aparición ocurrió a la entrada de la exhacienda de San Isidro Kuxub, la cual se ubica casi a la entrada del municipio de Baca.

De hecho, hace casi un año estuve ahí haciendo una investigación, por lo que puedo entender el caso. La manifestación que vio esa familia cuando regresaba de su viaje es la de una niña que falleció hace varios años en ese sitio, ya que la descripción física es la misma.

Tras acudir a esta exhacienda henequenera para hacer la investigación, descubrí que la niña tiene nombre y apellido, y que el origen de lo que ahí ocurre inició con una tragedia hace poco más de 20 años, fue una simple travesura infantil, pero que terminó con fatales consecuencias y cicatrices imposibles de borrar.

Resulta que a finales de los años ochenta, un niño de siete u ocho años jugaba con su hermana de 12 en los terrenos de ese sitio, ellos vivían en la hacienda debido a que ahí trabajaba su papá. 

“Luisito” (nombre ficticio del menor) estaba junto a los trucks cargados con enormes cantidades de penca de henequén, en un momento dado, el niño empujó uno de los vagones para darle un susto a su hermanita, quien estaba de espaldas junto a otro truck que estaba sobre las rieles.

La pesada carga del carrito en movimiento hizo que tomara velocidad y se estrellara contra el otro truck, aplastara y cercenara el cuerpo de la niña, quien falleció minutos después debido a que casi fue cortada por la mitad. Ni siquiera hubo oportunidad de llevarla al hospital.

A partir de ese momento la familia abandona la hacienda y se van a vivir muy lejos, tratando de borrar ese recuerdo. Al parecer, se fueron al centro del país ya que ahí buscó trabajo el jefe de la familia. Desde entonces y hasta la fecha, los habitantes y trabajadores de la hacienda aseguran ver y escuchar el alma en pena de esa niña, que quizás aún no sepa que ya no pertenece a este mundo y vaga en los alrededores en busca de su hermanito y sus padres.

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