Tres relatos navideños de terror

Personas de Tixkokob, Izamal y Kanasín cuentan historias de sucesos paranormales durante los festejos de fin y principio de año.

|
Fachada del cementerio de Izamal donde vieron a los niños fantasmas. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hoy nos toca publicar las cartas que los lectores nos envían, y les presento tres relatos de los municipios de Tixkokob, Izamal y Kanasín que tienen dos puntos en común: se trata de historias paranormales o de terror y ocurrieron durante las fiestas decembrinas, aunque en años diferentes.

El primero nos lo manda Diego Alonso Barrera de Tixkokob:

“Mi relato empieza cuando estábamos sentados en la puerta de mi casa. Era Navidad y de pronto escuchamos que nos hablaron, pero no hicimos caso; de pronto, empezaron a suceder cosas extrañas, pues nos empezaron a arrojar naranjas y piedras.

“Nosotros estábamos confiados que eran unos primos que nos querían asustar, pero no pues descubrimos que estaban en otro sitio; después de eso nos fuimos a la parte de atrás de mi casa y nos pusimos a reventar 'bombitas' cuando otra vez nos empezaron a tirar piedras. 

“Me molesté y les grité que ya se calmaran. Al buen rato estábamos comiendo y empezamos a escuchar voces de ‘ayuda, ayuda’; entonces, corrimos a ver y no encontramos nada, nos cansamos y les dije a mis amigos que mejor entráramos a la casa.

“Fuimos a la tienda a comprar refrescos y de pronto vimos a una muchacha que desapareció... creo era un fantasma, sin duda, pero cuando regresamos a mi casa lo contamos y nadie nos creyó nada, y nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente mis primos y yo fuimos a ver a mis amigos para jugar futbol, pero cuando llegamos a casa de uno de ellos su mamá nos dijo que estaba 'hirviendo' en calentura. Fuimos a contárselo a mi abuelo y él nos dijo que lo que le había pasado era un mal aire que había cargado”.

Año Nuevo con almas en pena

Por su parte, Ambrosio Kumul Tinajero, quien radica en Izamal desde hace varios años, comenta que en la madrugada del primero de enero pasado, durante la celebración del Año Nuevo, le llamó su tío para decirle que lo fuera a buscar para que acudiera a la fiesta en su casa.

Kumul fue por su moto y se encaminó a casa de su tío, pasó en la puerta del cementerio, pero varios metros antes, desde lejos, veía a tres niños jugando a las puertas del panteón.

“No les quité la vista, pues se me hizo raro que siendo las dos de la mañana estuvieran ahí solos, pues no se veía ningún adulto cerca; sin embargo, creí que a lo mejor por ser Año Nuevo estaban ahí”.

Y agrega: “De pronto, desaparecieron ante mis propios ojos; por precaución no me detuve y cuando llegué a la casa de mi tío se lo comenté, y me dijo que ha habido varios reportes de lo mismo: dos o tres niños jugando ahí. Al parecer, son almas en pena de infantes que aún no descansan en paz”.

La suegra 'vino' por su rosca de reyes

El último relato que les presento hoy ocurrió el 6 de enero pasado en Kanasín y me lo envió Gumaro Cetina Pool, quien afirma que su suegra difunta estuvo con su familia para partir la tradicional rosca de reyes:

“Mi suegra falleció en abril del año pasado, siempre fuimos muy unidos y nos juntábamos en su casa cada vez que había un cumpleaños o las fiestas de Navidad. El 6 de enero pasado decidimos partir la rosca de reyes en casa de mi suegro (donde vivía mi suegra) y de pronto mi esposa pega un grito y empieza a lagrimar, pues dice que vio a su mamá en el cuarto.

“Dice que la vio contenta y que incluso le habló, que le pidió un pedazo de la rosca de reyes y una taza de chocolate caliente. Mi suegro también lagrimó y nos confesó que ya la había visto varias veces en su casa, pero no había querido decirnos nada para no asustarnos.

“Momentos después, cuando partimos la rosca entre toda la familia, cortamos un pedazo, servimos un poco de chocolate en una taza y los pusimos junto a su altar, por eso digo que esa noche, al menos, estuvo con nosotros en el Día de Reyes”.

Lo más leído

skeleton





skeleton