Ofrece la receta para hacer el bien

Roberto Carillo Ruiz es psiquiatra de profesión, pero humanista por decisión.

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Según el psiquiatra Roberto Carillo, actualmente la gente se ocupa más de su salud mental. (Christian Ayala/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc Se inició en la carrera de Medicina para seguir la tradición familiar, y en el camino se decidió por la salud mental, primero para resolver y entender sus propios conflictos y, posteriormente, para ayudar a quienes lo necesitaran.

Con la filosofía de la psicoterapia humanista, el doctor Roberto Carrillo Ruiz lleva su profesión fuera del consultorio, a asociaciones y fundaciones en las que se benefician a sectores vulnerables.

Este profesional de la salud, que desde hace 20 años se especializa en la atención a niños y adolescentes, es titular de la Unidad de Psiquiatría Infantil del Hospital Psiquiátrico de Yucatán, además de participar en las organizaciones altruistas MIRA, SANA y Fundación Villa Esperanza.

“Creo que los psiquiatras no debemos de limitarnos a dar pastillas, a quitar síntomas; debemos de ayudar a que las personas maduren óptimamente a sus mayores potencialidades para encontrarle el sentido a la vida…

"Algo que aprendí muy bien de mis maestros es que la psicoterapia humanista no debe quedarse en los consultorios o en los hospitales, porque su propósito es procurar el desarrollo pleno del ser humano, obviamente para que sea feliz y le encuentre el sentido a la vida”, expresó enérgico.

El inicio de su proyecto de vida

La decisión de cambiar durante su proceso formativo en la Medicina determinó lo que actualmente es su vida, y con su trabajo ha beneficiado a muchas familias.

“Creo que toda la gente que entramos al ramo de la salud mental es para resolver nuestros propios conflictos, buscando solucionarlos, los de la infancia y adolescencia, ese fue mi caso en particular.

"Entré a Medicina por influencia de mi familia, porque crecí entre médicos y consultorios, viendo pacientes llegar a la casa de mis abuelos a consultar, y cuando entré a estudiar no me llenó, porque más que el sufrimiento del cuerpo, siempre me interesó el del alma, de la gente, y decidí que psiquiatría era lo mío.

"En mi formación, mi tendencia fue psicoterapia humanística o hacia el desarrollo humano”, recordó.

Señaló que la principal motivación para colaborar tanto en consultorios como en causas altruistas a favor de la salud mental es su preocupación de saber que mucha gente nace y muere sin encontrar el sentido de la vida.

“No se trata de acumular riquezas, no es tener poder, dinero, ni casarte, ni tener hijos. Hay un sentido más definido, mucho más de fondo, y la gente sólo lo encontrará en la medida en que nos atrevamos a transformarnos y desarrollarnos”, consideró.

Persona culta, reveló que los autores que considera han influido en su vida y formación son Freud, como base de la psicodinámica; Erich Fromm, Abraham Maslow, Jean-Paul Sartre y Friedrich Nietzsche.

De la filosofía a la práctica

Una de las formas de llevar esta la filosofía de la psicoterapia humanista es el altruismo y las asociaciones para buscar un cambio social, por lo que se ha unido e incluso fundado organizaciones que ofrecen atención gratuita.

“Hay que enseñar a la gente que podemos cambiar nuestro país, Estado y ciudad si nos involucramos en esta tarea, lo que llamamos responsabilidad social”, apunta.

Actualmente, Roberto Carrillo participa en el Movimiento para la Integración y Recuperación de personas con Autismo (MIRA), en Superación Ante la Adversidad (SANA) para rehabilitar enfermos mentales y la Fundación Villa de la Esperanza.

“Una de las aportaciones del modelo humanista es primero dedicarse a que uno se perfeccione, a que uno madure, y cuando se logra, encontrar el sentido a la vida, que es vivirla con pasión en lo que uno hace; el paso siguiente en automático: buscar que los demás se puedan perfeccionar.

"Para mí una forma de encontrar que la gente tome las riendas de su existencia y decida transformarse, encontrar sentido a la vida, es a través de las asociaciones y la fundación”, señala.

Camino difícil del altruismo

Luego de participar en diferentes causas con diversas estrategias, ha madurado, junto con su equipo, en la manera de captar recursos para las asociaciones, con la consolidación de Fundación Villa Esperanza.

“Estamos cansados de hacer bazares, venta de donas y pasar películas, que es desgastante; lo que estamos haciendo es luchar para reunir fondos, por eso necesitamos una fundación que sea reconocida por su profesionalismo, su ética y por tener las cuentas claras.

"Así, la gente que quiera invertir, donar, tenga la certeza de que esto llegará a quien más lo necesita, por eso el lema es: Hacer el bien, pero hacerlo bien”, explica.

Villa La Esperanza es una una fundación de II Piso que busca captar dinero de organizaciones locales, nacionales e internacionales; por ejemplo, este mes y octubre, Farmacias Yza les donará lo recabado con el redondeo, y con eso ayudarán a dos asociaciones: el Refugio Crisal, para niñas que han sido objeto sexual, y a un asilo de ancianos.

20 años a la salud mental de niños y adolescentes

“Uno de los logros más grandes, después de 20 años de trabajar a favor de la salud mental de niños y adolescentes, es ver la gran cantidad de pacientes que acuden a la unidad de psiquiatría infantil y del adolescente del Hospital Psiquiátrico Yucatán; ese volumen demuestra que la gente se está ocupando de su salud mental, de la de sus hijos y parientes; las escuelas también nos envían a muchos alumnos”, apuntó.

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