Los 'viene-viene', amos de las calles de Mérida

Ofrecen casi los mismos servicios que los estacionamientos legales, pero con precios mucho menores.

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'El que llegue primero gana su lugar', asegura uno de estos 'trabajadores', que viven de propinas y servicios adicionales. (Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Personas que trabajan para estacionamientos del Centro de la ciudad ejercen al mismo tiempo otra ocupación: “franeleros”, que se apoderan de calles cercanas a su centro laboral y, con conos y cubetas, ocupan lugares que la Policía Municipal tiene marcado con franja amarilla para agilizar la vialidad. 

Los franeleros o “viene-viene” no sólo ofrecen los servicios de cuidado del automóvil, ya que además le otorgan a las personas ayuda con algún trámite cercano o fotocopia que necesiten, esto con el afán de evitar que los clientes se vayan o les den más dinero de lo normal. Otros de los servicios que ofrecen son el de lavado de su vehículo, encerado y que repongan alguna pieza del automóvil que esté deteriorada o extraviada, a cambio de propina o, en ocasiones, con cuotas fijas.

Los estacionamientos públicos ven la oportunidad de acrecentar su espacio de ganancia generando oportunidades de trabajo a franeleros, los cuales son ubicados en calles o parques del Centro Histórico para ocupar lugares a clientes, en ocasiones, dividiéndose las ganancias con el “patrón”, al terminar su jornada laboral.

Otros negocios de estacionamiento público, legados por las autoridades, se ven afectados en algunas ocasiones por esta problemática, debido a que los franeleros ubican a las personas que van saliendo de dejar su automóvil en el estacionamiento para ofrecerles un lugar en la calle, con vigilancia, por un menor precio, comparándolo con lo que pagarían por el tiempo que su vehículo estaría adentro, logrando que cedan a su promoción. 

Clientes conocidos

El incremento de los franeleros puede agrandarse en esta época del año, ya que familiares y amigos de los mismos se situarían en otros cruces de la zona por la demanda de gente que visita el Centro por la temporada navideña próxima.

Heriberto Poot Cuxim es un franelero de 69 años, ubicado en la calle 66 x 65 y 67 del Centro, cada mañana, a partir de las 5 horas, labora en dicho cruce como trabajador de un estacionamiento público aledaño, encargándose de guardar lugar sobre la calle a clientes particulares desde hace nueve años. Estos suelen ser trabajadores del Gobierno y del Ayuntamiento, quienes tienen un tipo de pensión apalabrada con él.

“A cualquiera que venga le doy espacio, el que llegue primero gana su lugar, claro, hay unos clientes que ya conozco muy bien y a diario vienen, ya sea porque laboran en el Gobierno, acá a la vuelta, y me dan cierta cantidad por día, claro ellos ya están haciendo fija esa cuota, pero no tengo sueldo, es lo que me regala la gente. Aproximadamente saco como 200 pesos al día”, afirmó. 

Un sector de las personas que laboran en el primer cuadro de la ciudad se ve perjudicado para encontrar estacionamiento cercano en las calles y evitar pagar en un estacionamiento público o toparse con los franeleros, por no querer pagar ambas cuotas. 

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