Historia: Cumple su promesa a La Morenita con recuerdo de su madre

Impulsado por el amor a la Morenita, un quintanarroense pedaleó dos días para llegar al Santuario Mariano.

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Jorge Dzib Nolasco y sus amigos pedalearon durante dos días. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Para continuar la promesa de su madre, Roberta Nolasco Pichardo, y en agradecimiento porque encomendándose a la Virgen pudo sobrellevar la pérdida de su madre, Jorge Dzib Nolasco viajó en bicicleta desde José María Morelos, Quintana Roo, hasta el Santuario Diocesano de la Guadalupana, en San Cristóbal, con un grupo de cuatro amigos, quienes superaron los retos propios del camino.

Con ayuda de Ada Irene Sáenz Catzín, amiga yucateca de la familia, Jorge pudo cumplir un año más con su visita a la Virgen Morena en Yucatán y para el próximo año planean visitar la Basílica en la Ciudad de México y luego Guerrero, tierra de origen de la señora Roberta, para terminar con el deseo de la difunta, quien soñaba con hacer ese recorrido con sus hijos y amigos.

Para este fin viajarán en camión hasta los puntos que acordaron, en tanto Jorge Dzib regresará en bicicleta a Quintana Roo, acompañado de su grupo.

En el viaje a Mérida, se les ponchó la llanta de una de las bicicletas y contaron con el auxilio de Ada, quien les dio alojo, comida y ánimos para que continuaran su trayecto, todo por el amor que los une hacia la Virgen y a doña Roberta.

“Dos días estuvimos pedaleando, cuando sentimos muy cansados, nos deteníamos una o dos horas, comíamos y seguíamos. El camino estuvo pesado, pero siempre estuvimos bajo la mirada de la Virgen, porque rezábamos y nos poníamos en sus manos, así no teníamos nada que temer”, comentó Jorge.

Recordó que gracias a su madre aprendió a ser mariano, pero sobre todo aumentó su fe para enfrentar las vicisitudes de la vida.

“Desde hace tres años venimos a Mérida en bicicleta, iniciamos desde que vivían mis papás, ahora huérfano, siento que ellos siguen aquí, uno de los dolores más fuertes fue la partida de mi madre y con el consuelo de la Virgen pude avanzar en mi duelo, por eso cumpliré la promesa que le hice, el próximo año iremos hasta la Ciudad de México y donde vivió mi mamá”, añadió emocionado.

La preparación y entrenamiento para los viajes como antorchistas es de todos los días, pues en su natal comunidad de José María Morelos, Quintana Roo, la bicicleta forma parte de sus actividades diarias, así como el futbol.

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