Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unos días, la señora Karla Celis, asidua lectora de esta sección y vecina del fraccionamiento Pacabtún, nos pidió que hablemos sobre los “duendes malos”.

Y es que en internet circulan varios videos de presuntos duendes que acechan y aterrorizan a las personas. Un común denominador en estos vídeos, más allá de ser verdaderos o falsos, es el temor de la gente o el miedo, como si éstos fueran a hacerles daño cuando en realidad es todo lo contrario.

Los duendes existen en nuestro planeta desde hace cientos de años, y dependiendo de las región en donde se encuentren, se les pueden llamar elfos, trolles, gnomos, aluxes, entre otros. En términos generales todos tienen el mismo objetivo, cuidar la selva, el bosque o el monte, es decir, cuidar su casa.

Para que estos cobren vida y realicen estas tareas deben estar ritualizados por especialistas, en el caso de la Península de Yucatán, los encargados de esto son los sacerdotes mayas, conocidos como “H’men”, quienes les dan vida propia a los aluxes.

En el Museo Paranormal de Mérida existe un área denominada El santuario de los duendes, la cual tiene 46 de estos. La mayoría han sido donados por personas que los adquirieron, los ritualizaron pero se olvidaron de ponerles sus ofrendas, y por ello estos empezaron con sus travesura.

A cada uno de ellos se les brinda de forma mensual sus ofrendas tales como agua, vino, wiskhy, aguardiente, miel, galletas, cigarros, entre otros.

Y aunque varios de estos pueden tener un rostro maléfico, en realidad sirven para proteger el sitio en donde se encuentren, pueden percibir la mala vibra o malas intenciones de las personas o intrusos y son capaces de espantarlos o sacarlos.

Un caso curioso es el de Barden, un duende con apariencia malévola que fue traído del Mercado de Sonora, en Ciudad de México, el cual le perteneció al hechicero cubano Mateo Barden y está trabajado con magia blanca al grado de que se afirma que es de buena suerte tomarse una foto con él, cosa que hacen incluso los niños que acuden a visitarlo al museo.

Si tu quieres tener un duende que cuide tu casa y te proteja, te recomendamos los “kremsy”, los cuales no requieren de muchos cuidados y son muy efectivos. Y si adquieres uno pero por algún motivo ya no lo puedes atender dónalo a alguien que si lo quiera, pues a final de cuentas lo tiras a la basura, te podrías llevar una sorpresa.

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