La marca que pueda dejar una cinta en el espectador no necesariamente tiene que ver con lo impactante de su argumento o de sus imágenes, más bien con lo que en conjunto pueda transformar en su ser, con que lo pueda conmover y al mismo tiempo entretener y esa es una cualidad devastadora de “Jojo Rabbit”, que la ha convertido en una de las favoritas en cartelera y que la encamina a conseguir algunos Oscar.

Ver en la pantalla al pequeño Roman Griffin Davis cargando sobre sus infantiles hombros el fantástico resultado de un trabajo en equipo, encabezado por el director neozelandés Taika Waititi, automáticamente pone a trabajar mi mente en los recuerdos hasta llegar al espectacular trabajo de Adrián Alonso en “Voces Inocentes” (2004), de la mano de Luis Mandoki.

El filme narra la historia del pequeño Johannes Betzler, mejor conocido como “Jojo”, quien ha sido alienado por los bombardeos de la publicidad alemana de la guerra, en los que se enaltece la figura de Adolf Hitler, que resulta ser su amigo imaginario, con quien convive y se divierte todos los días, hasta que se percata de que en su casa su hermana Elsa (Thomasin McKenzie) oculta a una judía, situación que revuelve sus ideas.

Aunque Jojo quiere participar apoyando a su Führer, no lo consigue, pues fracasa en su intento, al arruinar su presencia en un campamento encaminado al adoctrinado de elementos para el ejército de la cruz de hierro.

El trabajo de la hermosa Scarlett Johansson, interpretando a la madre de Jojo, nos es cosa menor. La nominada al Oscar en dos ocasiones nos atrapa dentro de la vida familiar de la Alemania nazi, al lado de sus antagónicos hijos.

El largometraje multinominado al Oscar resulta muy entretenido y a pesar de contarnos esa parte divertida de los procesos familiares que vive Jojo, también es una evidencia desgarradora de un acontecimiento tan complejo y crudo como la guerra.

Se trata de uno de esos filmes que generan un humor ácido, libre de cliché y verdaderamente disfrutable, aunque también dejan en el espectador la semilla de la reflexión, evidencia clara del éxito que ha vivido desde el pasado fin de semana que llegó a la cartelera nacional.

Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita.

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