Agente que sobrevivió a atentado relata en juicio cómo murió su compañero

José Antonio Rodríguez Basto identificó a Nidia R. P. E. y su marido Ángel G. K.. como los autores del ataque en el que perdió la vida su compañero

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La audiencia fue en el Centro de Justicia Oral de Mérida. (Novedades Yucatán)
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Luis Fuente/Mérida
El agente de la Policía Estatal de Investigación, José Antonio Rodríguez Basto, sobreviviente del atentado en el que falleció su compañero Manuel Felipe Nery Blanco Méndez, identificó a los dos acusados: Nidia R. P. E. y su marido Ángel G. K.. como los autores de esos hechos.

Esto fue en el primer día del juicio que se lleva en contra de esta pareja por los delitos de homicidio calificado, homicidio calificado en grado de tentativa y daño en propiedad ajena, todos contra servidores públicos.

En la audiencia, en el Centro de Justicia Oral de Mérida, el agente Rodríguez Basto, quien también figura como denunciante, fue llamado como testigo de la Fiscalía General del Estado.

Este policía señaló que el 13 de noviembre de 2018, junto con su compañero estaba de servicio en la Unidad Especializada en el Combate Contra el Secuestro (UECS) de la FGE y recibieron un aviso de que unas personas que estaban en la Plaza Patio solicitaban ayuda porque un familiar fue secuestrado.

Relató que en compañía del agente Manuel Felipe Nery Blanco Méndez se dirigió al lugar en un auto oficial -un Versa blanco-, mientras que el comandante Ángel Santos hizo lo propio en un Attitude.

Cuando llegaron al lugar se entrevistaron con el ahora acusado, quien solicitó el auxilio a la SSP para él, su esposa y sus dos hijos, de 14 y 17 años. Temían por su integridad porque el crimen organizado secuestró días antes a su padre en Caobas, Quintana Roo, y se sentía perseguido.

Los agentes les explicaron que los trasladarían a la FGE a interponer la denuncia y entonces se determinarían las medidas a seguir para protegerlos, pero en el trayecto ocurrió el fatal ataque de Ángel G. K..

Rodríguez Basto indicó que inicialmente la imputada y sus dos hijos adolescentes irían en la unidad a cargo del comandante Ángel Santos y que el ahora autor material de los hechos iría en la patrulla con él y Manuel Felipe Nery, pero luego el propio acusado pidió que su mujer lo acompañara.

Declaró que la mujer llevaba un bolso de mano y que no lo revisaron, ya que estas dos personas estaban en calidad de víctimas y no como delincuentes.

Relató que en el trayecto hacía cuestionamientos a la pareja, que les dijo que dejaron abandonada la camioneta Nissan X’Trail en calles de Ticul porque desde que salieron de Caobas presumían que los seguía un auto rojo.

En Ticul abordaron un taxi que los dejó en Plaza Patio, donde pidieron ayuda a los guardias de un casino, quienes solicitaron la intervención de la SSP.

Cuando ya estaban cerca de la FGE, el acusado le dijo a su esposa “pásame las pastillas” y escuchó dos detonaciones y un golpe en el cuello, al voltear para ver qué sucedió descubrió que el acusado sostenía una pistola tipo escuadra con ambas manos.

A pesar de estar herido, Rodríguez Basto forcejeó con el agresor, al tiempo que le pedía ayuda a su compañero Manuel Felipe Nery, quien no reaccionaba, mientras que el vehículo se aceleró y se estrelló contra un poste de concreto.

La disputa por el arma continuó hasta que llegó el comandante Ángel Santos, quien había visto el accidente, y al percatarse de lo que ocurría en el interior del auto, abrió la puerta trasera derecha y logró sacar al ahora detenido para someterlo.

Señaló que la mujer quedó atrapada entre el asiento del conductor y la puerta trasera izquierda.

También declaró la viuda del agente Manuel Felipe Nery Blanco Méndez , quien proporcionó datos sobre cómo llevó a cabo la identificación del cadáver de su esposo, y cómo se entero de los hechos en los que fue asesinado.

“Me quitaron a mi esposo, mi compañero y mis ilusiones”, enfatizo la testigo.

Mientras tanto, en sus alegatos de apertura, los fiscales aseguraron que demostrarán que esta pareja de acusados actuó con alevosía y traición, pues pasaron de ser presuntas víctimas a a victimarios.

Por su parte, la defensa sostuvo la versión de que el acusado tenía un miedo grave y fundado que lo llevo a cometer esos hechos y, por ello debe ser absuelto, al igual que su esposa, pues ésta no tuvo participación directa.

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