Para no morir en el olvido, la literatura

Columna de Aída López: Para no morir en el olvido, la literatura

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Sara Mendoza Gómez (1903/5-1965) fue una mujer que amó la vida y la abrazó con sus letras, una escritora peninsular que hemos estado descubriendo a través de los encuentros convocados por UCMexicanistas y la Filey, donde se concentran académicos, investigadores y escritores para dar a conocer sus hallazgos en los temas que los ocupan.

El primer acercamiento a la vida y obra de Sara Mendoza Gómez fue en 2016 cuando la maestra Celia Pedrero Cerón, durante el Congreso Internacional de Literatura de UC-Mexicanistas, con el título enigmático “Tras el misterio de Sara Mendoza y su novela”, despertó la curiosidad por querer saber más de la autora. El tema en esta ocasión fue retomado durante el VIII Encuentro Cultural -convocado por las mismas instituciones- por Is González Sosa, quien no sólo es literato e investigador, sino además bisnieto de la escritora.

La visión íntima de una mujer del siglo XX se palpa en su escritura, bastan unas frases para sumergirnos en su universo como por ejemplo en el poema “Frío”, fechado el 18 de febrero de 1953, donde la frialdad no es cuestión de sensación térmica, sino de la que se siente en el alma.

Así, en apenas seis líneas a manera de diálogo entre madre e hija, aborda la muerte metafórica a causa del olvido. Pero no es el único poema donde se toca el tema de la muerte y el frío asociado con el abandono, “En otro tiempo” -poema sin fecha- ya no se trata de la madre sino del amado, cuando le pide que espere la primavera con sus rosas para partir.

Algo similar se lee en “El traje de novia” -también sin fecha- donde las rosas y las estaciones del año se hacen patentes para devolvernos a la cuestión del abandono.

Sara fue una mujer prolífica, lectora desde la primaria que cursó en el Instituto Literario de Niñas en Mérida y posterior en un convento de monjas en Guadalajara, dotándola de la sensibilidad para incursionar en la zarzuela, el teatro regional y, por supuesto, la poesía, géneros avivados por sus lecturas de “La Dama de las Camelias” y “El Conde de Montecristo”, logrando la auto publicación de seis obras; una de ellas, “Un Baile en el Liceo de Mérida”, a la fecha cuenta con tres ediciones entre 1955 y 1961.

A través del rescate de textos, Is dio a conocer las líneas temáticas de su bisabuela: la muerte de la madre y su añoranza, la mística, la religión y su profunda devoción a la Virgen María, los rituales sociales como los bailes y las bodas, asimismo su deseo de amar y ser amada como concluye su poema “Frío”: “Esta tumba está llena de recuerdos… sí, recuerdos de una mujer que amó mucho”, plegaria que ya le parece escuchar cuando busquen su tumba entre las fosas.

Enhorabuena Sarita Poot Herrera y Teté Mezquita Méndez por estos cónclaves literarios donde nos reencontramos, reconocemos y redescubrimos el legado identitario de nuestra Península. 

Lo más leído

skeleton





skeleton