La vivienda, ¿de interés social?

En los próximos meses se aumentará la capacidad de crédito de los trabajadores para que los que ganan entre 1 y 2.8 UMAs puedan adquirir una casa

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Por Rogerio Castro Vázquez*

Una persona puede acostumbrarse a la pobreza pero a la injusticia nunca, decía Platón. En México el cambio de régimen obedece a la confirmación de una realidad indiscutible, el neoliberalismo no redujo la pobreza ni trajo mejores servicios públicos y bienestar. La corrupción y la ineficiencia en la administración pública, así como la concentración económica, fueron las causas de que no llegaran a todas las capas sociales del país los beneficios del libre mercado.

En México, como en Estados Unidos, Inglaterra y Europa, el nacionalismo quiere corregir el ingreso familiar tomando como prioridad sus industrias y servicios públicos locales. Durante la época neoliberal se ganó crecimiento económico en lo macro pero la estabilidad social se debilitó por el grave deterioro en la calidad de tres servicios públicos sensibles: la salud, la educación y la vivienda.

El Infonavit siempre ha sido un puntal de desarrollo económico y social, sobre todo para los trabajadores que no tienen el ahorro suficiente para un enganche hipotecario o que los bancos no les interesa financiar por el riesgo del crédito; el Infonavit es la esperanza de tener casa de millones de mexicanos, pero de 2006 a 2016 las reglas cambiaron.

Resulta que el saldo del préstamo se modificaba con el salario mínimo, o sea se calculaba para capital e interés, pero si subía el salario mínimo subía tu saldo a pagar, este método prohibido para la banca se canceló en 2016, pero lastimó a cientos de miles de familias que ven pasar los años y no bajan sus deudas. Perdimos nuestro interés social.

Hoy el programa “Responsabilidad Compartida” del presidente López Obrador quiere reparar este daño patrimonial con su plan para reestructurar estos créditos en pesos. El programa atiende a trabajadores con 15 años de crédito vigente, 40 años de edad, con ingreso de hasta 4 salarios mínimos, 2 años sin fallar en sus pagos y cuya deuda sea 150 por ciento más de lo que originalmente prestaron; a este grupo se le ofrece un descuento al saldo de hasta el 50 por ciento y un pago mensual congelado hasta el final de su crédito.

Hoy los esfuerzos y la batería financiera del Infonavit están enfocados a replantear mejor el futuro de este derecho de los trabajadores porque el sector vivienda es de vital importancia por su efecto en el empleo multisectorial; es decir, por cada construcción de una casa se multiplican los empleos en muchas industrias y comercios como ningún otro sector.

La percepción de seguridad familiar se cimienta con una vivienda y los retos son continuar el fortalecimiento del Infonavit, seguir desarrollando oferta de crédito suficiente, negociar mejores tasas de interés y estimular el consumo de materiales mexicanos en la construcción para contribuir al beneficio económico nacional de las aportaciones de los trabajadores.

En los próximos meses se aumentará la capacidad de crédito de los trabajadores para que los que ganan entre 1 y 2.8 UMAs puedan adquirir una casa; si un trabajador gana 2 UMAs, con el esquema anterior podía adquirir una vivienda de 305 mil pesos, ahora podrá calificar para una de 336 mil, sumado al ahorro en la subcuenta.

Al mismo tiempo y trabajando con los desarrolladores podemos garantizar una vivienda digna. Detonemos la industria de la vivienda y con los gobiernos estatales y municipales garanticemos desarrollos con servicios y cercanos a los centros de trabajo.

En el pasado, el instituto era insensible a los lugares donde se colocaban esos créditos y se realizaban fraccionamientos muy alejados de los centros urbanos causando abandono de casas por elevados costos de transporte y falta de servicios básicos, como supermercados, escuelas o farmacias. Hoy estos factores se tomarán en cuenta, nunca más permitiremos viviendas de 26 metros cuadrados como en las épocas de Calderón y al principio de Peña Nieto.

Un Infonavit de interés social se preocupa por los trabajadores, garantiza el derecho a la vivienda digna, reconoce desde su sentido histórico tripartita una relación y cooperación cercana con los sectores gobierno, obrero y empresarial, ese es un gran compromiso.

*) Secretario nacional del Infonavit

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