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(Foto de Óscar Rivero)
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Por Óscar Rivero
Me quedé sentado observando un juego de canicas. Una señora le gritaba a su hijo que ya había que irse, justo cuando el juego estaba muy tenso, solo quedaban los 3 mejores jugadores.

La señora balbuceaba de coraje y desesperación; el niño no hacía caso y no paraba de decir: "pinga". Y ante lo que aparentemente es una mala palabra, ella insistía.
"¡Pero si estás chiquito!", decía.

"Vamos señora, ¡deje al niño!"

(Foto de Óscar Rivero)

El juego se interrumpió, un imprudente movió intencionalmente una de las canicas cuando el jugador en turno anticipaba su victoria; exigió repetir el tiro.

Se convocó una sesión extraordinaria entre los mejores jugadores del parque para decidir si se tenía que volver a repetir o no. Para su mala suerte dijeron que no; su madre se lo llevó.

(Foto de Óscar Rivero)

 

Sigo inconforme con la decisión de los demás jugadores. Los más serios ganaron y perdieron dinero, otros canicas. Esto es juego de hombres.

(Foto de Óscar Rivero)

 

Por las tardes en La Habana ya no hay escuela ni trabajo. Los comercios cierran y la ciudad entra en descanso, aunque por las noches la realidad es otra.

De regreso a casa veo que las vecinas salen a platicar, los caballeros se sientan en la acera a lo mismo. Algunos beben, otros instalan mesas para jugar ajedrez. Todos te ven pasar, pareciera que para ellos, ya no hay nada más que hacer.

Señores con puros, jóvenes intentando conectarse a internet a través de sus fichas, niños jugando a mitad de la calle, en los parques. Todo transcurre en medio de edificios que se han congelado en el tiempo, por su historia. Una vida que experimentamos hace algunos años, antes de encerrarnos en casa, de fusionarnos con una pantalla.

(Foto de Óscar Rivero)

 

La señora de la calle Neptuno nuevamente está asomada por las rejas de su ventana. Y una vez más me niega una fotografía. Para ellos ya es domingo, aunque apenas es la tarde de un miércoles.

La Habana, Cuba, en una fecha que no recuerdo, con un instante que no olvidaré.

(Foto de Óscar Rivero)

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